Cómo manejar el síndrome del impostor
Una persona con síndrome del impostor tiene:
- una sensación de ser un fraude
- miedo a ser descubierto
- dificultad para interiorizar su éxito
- ansiedad
- miedo a ser un fraude
- depresión
- frustración
- falta de confianza en sí mismo
- vergüenza
Tener una sensación de duda sobre sí mismo puede ayudar a una persona a evaluar sus logros y su capacidad, pero demasiada duda sobre sí mismo puede impactar negativamente en la imagen que tiene de sí misma.
Esto puede conducir a síntomas de angustia conocidos como síndrome del impostor, que pueden afectar a los siguientes aspectos de la vida de una persona.
Desempeño laboral
La persona puede temer que sus colegas y supervisores esperen de ella más de lo que puede manejar. Pueden sentirse incapaces de cumplir.
La persona puede temer que sus colegas y supervisores esperen de ella más de lo que puede manejar. Pueden sentirse incapaces de cumplir.
El miedo a no tener éxito puede hacer que la persona se contenga y evite buscar logros más altos. Esto, junto con el miedo a hacer las cosas mal, puede afectar a su rendimiento laboral en general.
Asumir responsabilidades
Las personas con síndrome del impostor pueden centrarse mucho en tareas limitadas en lugar de asumir tareas adicionales que puedan demostrar sus capacidades, según una investigación publicada en 2014.
Pueden evitar asumir tareas adicionales por miedo a que distraigan o comprometan la calidad de sus otras tareas.
Dudas sobre sí mismo
El éxito puede crear un ciclo de dudas sobre sí mismo para las personas con síndrome del impostor. Incluso cuando la persona logra un hito importante, puede ser incapaz de reconocer sus logros.
En lugar de celebrar sus logros, la persona puede preocuparse de que los demás descubran la «verdad» sobre sus capacidades.
Atribuir el éxito a factores externos
Las personas con síndrome del impostor niegan su competencia. Pueden pensar que sus éxitos se deben a factores externos o al azar.
De forma similar, cuando las cosas van mal debido a razones externas, la persona puede culparse a sí misma.
Insatisfacción laboral y agotamiento
En algunos casos, una persona puede no sentirse suficientemente desafiada en su trabajo, pero el miedo al fracaso o a ser descubierta le impide buscar un ascenso o una responsabilidad adicional.
A medida que la persona trabaja para superar los sentimientos de insuficiencia, también puede tener un mayor riesgo de agotamiento.
Los resultados del estudio de 2014 sugieren que las personas con síndrome del impostor tienden a permanecer en sus puestos porque no creen que puedan hacerlo mejor. La persona puede infravalorar sus habilidades o no reconocer cómo otros roles podrían dar más importancia a sus capacidades.
Evitar buscar un ascenso
La infravaloración de las habilidades y capacidades puede llevar a quienes padecen el síndrome del impostor a negar su valía. Pueden evitar buscar un ascenso o un aumento de sueldo porque no creen merecerlo.
En el estudio original de 1978, un académico creía que debía haber un error en el proceso de selección cuando recibió su nombramiento, ya que no veía cómo podía ser merecedor del puesto.
Centrarse en las tareas y en la fijación de objetivos
El miedo al fracaso y la necesidad de ser el mejor pueden llevar a veces a superar los logros.
La persona puede fijarse objetivos extremadamente desafiantes y experimentar decepción cuando no es capaz de alcanzarlos.
Impacto en la salud mental
El miedo a no ser lo suficientemente bueno puede llevar a complicaciones de salud mental, en algunos casos. La persona puede experimentar:
Sin embargo, los expertos no consideran el síndrome del impostor como una condición de salud mental.