Cómo se desarrolla el cáncer en niños y adolescentes?
Autor: Gesche Tallen, MD, PhD, erstellt 2003/12/11, Editor: Maria Yiallouros, Revisor: Prof. Dr. med. Dr. h. c. Günter Henze, Traducción al inglés: Hannah McRae, Última modificación: 2012/04/25
Cuando a un niño o adolescente se le ha diagnosticado un cáncer, tanto él como los padres se preguntan a menudo qué han hecho para conseguirlo, o si han pasado por alto formas de prevenirlo. A pesar de la continua e intensa investigación básica y clínica sobre el cáncer infantil durante las últimas décadas, todavía no está claro qué es lo que causa precisamente el cáncer en los niños y adolescentes. Sin embargo, gracias a la continua y exitosa investigación hemos aprendido hasta ahora:
Las células sanas se dividen (mitosis). Maduran y aprenden sus tareas y funciones (diferenciación). Envejecen (senescencia) y mueren (apoptosis/necrosis). Estas fases de la vida de una célula sana están controladas por varios mecanismos de la célula y también por señales de otras células. En conjunto, estos mecanismos y señales funcionan como un reloj interno natural que determina la duración de la vida de cada célula.
El cáncer se desarrolla cuando el reloj interno de una célula se desequilibra. Cuando una célula pierde su reloj interno, el ciclo celular se altera. Como consecuencia, las células se dividen sin control. No maduran correctamente y, por tanto, son disfuncionales. No envejecen adecuadamente y pueden carecer de la capacidad de morir.
Hay muchos factores que pueden causar desregulaciones dentro del ciclo celular, lo que hace que el desarrollo del cáncer sea un proceso complejo y de múltiples pasos. En muchos casos, su origen puede estar en cambios en la composición genética de una célula, como genes con información incorrecta (mutaciones) o cromosomas con genes ausentes o adicionales (aberraciones cromosómicas). Estos cambios en los genes y/o en los cromosomas pueden dar lugar a una alteración o pérdida de las funciones de las proteínas, que suelen ser responsables de la regulación del ciclo celular, de la señalización adecuada de célula a célula y también de la reparación de los daños genéticos.
Se ha descrito una disposición hereditaria a desarrollar un cáncer en una etapa temprana de la vida en asociación con defectos congénitos específicos (raros), que se caracterizan por determinadas mutaciones genéticas. Sin embargo, el cáncer no es una enfermedad hereditaria.
Los niños no son pequeños adultos. Por lo tanto, el cáncer infantil difiere del cáncer en los adultos en cuanto a su frecuencia, tipo, características biológicas y sus posibles causas. Mientras que la exposición a la dieta, el estilo de vida y los factores ambientales desempeñan un papel importante en el desarrollo de los cánceres en los adultos, sólo unos pocos factores de riesgo, como la radiación ionizante y la exposición de la madre a los rayos X durante el embarazo, se han identificado como factores de riesgo en los niños. Los investigadores del cáncer infantil tienen pruebas de que las primeras células de varios tumores malignos, como los tumores de Wilms, los neuroblastomas, las células germinales y algunos tumores cerebrales, pueden estar ya presentes al nacer. Esto sugiere que los cambios en ciertas células del cuerpo pueden haber ocurrido ya en el embrión. Sin embargo, se necesita mucha más investigación para describir de forma completa y precisa qué causa un cáncer específico en un niño.
El cáncer no es una enfermedad contagiosa.
Hasta ahora, no hay pruebas científicas de que el cáncer infantil pueda ser causado por el comportamiento humano. Por lo tanto, el estado actual de los conocimientos no permite concluir que usted o su hijo hayan hecho algo que pueda haber causado la enfermedad. Aunque los factores emocionales y psicológicos, como las experiencias de pérdida o las relaciones problemáticas, se discuten repetidamente como posibles causas, no se ha demostrado científicamente que sean ciertas.