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Desarrollo infantil

El lenguaje y el pensamiento (o «cognición») tienden a interactuar en una relación dual y cíclica, una teoría conocida en general como relatividad lingüística. Lo que se piensa se convierte en lo que se comunica, y lo que se comunica puede dar lugar a nuevos pensamientos. Hay varias teorías diferentes que pretenden discutir la relación entre la cognición y el lenguaje, y cada una de ellas será discutida en este capítulo.

La hipótesis de Sapir-Whorf

La hipótesis de Sapir-Whorf afirma que la estructura gramatical del lenguaje de una persona influye en su forma de percibir el mundo. La hipótesis ha sido abandonada en gran medida por los lingüistas, ya que ha encontrado, en el mejor de los casos, un apoyo experimental muy limitado, y no tiene mucho mérito en psicología. Por ejemplo, los estudios no han demostrado que los hablantes de lenguas que carecen de modo subjuntivo (como el chino) tengan dificultades con los problemas hipotéticos. Sin embargo, la versión más débil de esta teoría tiene algunos méritos. Por ejemplo, diferentes palabras significan cosas distintas en diferentes idiomas; no todas las palabras de cada idioma tienen una traducción exacta en otro idioma. Debido a estas pequeñas pero importantes diferencias, utilizar la palabra equivocada dentro de un idioma concreto (porque se cree que significa otra cosa) puede tener consecuencias nefastas.

El ejemplo canónico de estudio de la relatividad lingüística se encuentra en el ámbito de la denominación de los colores. Sapir y Whorf, como creyentes en la relatividad lingüística, creerían que las personas cuyas lenguas dividen el espectro cromático a lo largo de diferentes líneas realmente perciben los colores de manera diferente. Sin embargo, investigaciones recientes han apoyado la idea de que la percepción humana del color se rige más por limitaciones biológicas y físicas que lingüísticas, independientemente del número de palabras de color que tenga un idioma.

Terapia cognitivo-conductual

Según la teoría que impulsa la terapia cognitivo-conductual, la forma de pensar de una persona tiene un gran impacto en lo que dice y hace. Fundada por Aaron T. Beck, esta escuela de pensamiento analiza la interacción entre la emoción, la conducta, el lenguaje y el pensamiento. Dado que el diálogo interno es una forma de lenguaje, la forma en que nos hablamos a nosotros mismos puede influir en nuestra vida diaria. Los problemas con nuestro diálogo interno, conocidos como distorsiones cognitivas, pueden conducir a comportamientos negativos o a graves problemas emocionales.

Economía conductual

El campo de la economía conductual estudia el efecto de los factores psicológicos y cognitivos en el comportamiento de los individuos en un contexto económico. En este campo (y en otros), los investigadores han demostrado que cuanto más vívidamente se describa un acontecimiento, más probable será que la gente crea que es cierto. Así, las personas sacarán diferentes conclusiones y tomarán diferentes decisiones sobre una situación en función del lenguaje utilizado para describirla.

Lenguaje y pensamiento

Lo que una persona piensa (pensamiento) tiene un impacto directo en lo que esa persona dice (lenguaje), y viceversa.

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