El misterioso y extraño origen del disquete

Cuando vas a guardar tu documento de Word, buscas un pequeño y extraño símbolo en la esquina. Para los millennials, significa ‘Guardar’, pero la forma de caja no tiene otro significado. Lo han visto una y otra vez, en muchos programas diferentes, pero es sólo una forma.

Para cualquiera que haya nacido un poco antes, el símbolo es reconocible por otra razón. Es la forma de un disquete, el soporte portátil que cambió todo lo relacionado con la informática personal.

Por supuesto, en 2017, los disquetes están bastante extinguidos. El símbolo que se ve en todos los programas es como un fósil de dinosaurio: los restos que quedan, una silueta literal, de algo que una vez fue grande y estuvo en todas partes.

Lo que ambas generaciones no saben es que el origen de este soporte es más divertido -y sorprendentemente controvertido- de lo que se podría pensar.

Fue concebido por primera vez por un hombre que acaba de inventar una peluca de protección con cuchillas para Donald Trump, y un producto de mejora sexual diseñado «para salvar a Japón» de su decreciente tasa de natalidad.

Como alguien nacido a principios de los 80, no del todo Gen-X o un Millennial, me tocó vivir el final de la era del Floppy Disk. Recuerdo haber cargado los auténticos disquetes de 5 1/4 pulgadas en mi PC doméstico de color beige y pantalla negra, ansioso por jugar a Space Invaders o Top Hat desde la comodidad del hogar.

En el instituto, mi mochila estaba llena de un caótico surtido de disquetes de 3,5 pulgadas. A veces, serían sólo dos .JPG en un solo disco. A medida que pasaba el tiempo, los programas aumentaban de tamaño hasta ocupar una docena de discos que requerían un contenedor de plástico especial.

Y, por supuesto, estaba el momento en que el protector metálico de los disquetes más pequeños simplemente… se rompía. Las deformaciones y dobleces eran demasiado comunes, lo que significaba que había que arrancarlo para que el disco funcionara, dejando la frágil película interior expuesta a los elementos. Cuando era mucho más joven, me encantaba deformar, romper y doblar deliberadamente los disquetes para ira de mis padres.

Viviendo en una época en la que puedes tener una unidad flash de 128 GB alrededor de tu cuello, no lo echo de menos. Son unos 89.000 disquetes que no tengo que cargar, y muy buenos para mi espalda. Pero si tenemos en cuenta de dónde vienen los disquetes y lo revolucionarios que fueron en su momento, no puedo dejar de admirar las obsoletas tostadoras de café.

Durante cuarenta años, el disquete reinó como el rey indiscutible del almacenamiento de datos. Y hay una razón para ello.

Antes del disquete – Los tiempos oscuros del almacenamiento informático

Según todos los relatos, los tiempos eran sombríos antes del disquete. Había dos tipos de almacenamiento de datos, y ninguno de ellos era una opción alegre.

El primero era la temida cinta de papel. Es posible que la hayas visto mencionada, siempre en broma, en diferentes programas de televisión. A mí se me queda grabada una referencia concreta de Los Simpson. Apu, licenciado en Informática, diseña el primer programa de Tic-Tac-Toe del mundo. El programa se guarda en varias cajas llenas de cinta de papel.

Era fácil de piratear, retorcer y dañar. Y había un pavor único e indescriptible cuando se te caía un mazo de tarjetas perforadas y veías cómo se dispersaban por el suelo completamente desordenadas.

También existía la cinta magnética, pero tenía dos grandes molestias. La primera es que sólo almacenaba cantidades ínfimas de datos. La segunda era que era imposible, increíblemente lenta. (Revelación completa: Tape Media y yo hemos roto recientemente).

Tenía que haber algo mejor. Y cuando a alguien se le ocurrió, no fue demasiado pronto.

El disquete: ¿Ideado por un excéntrico inventor japonés?

Yoshiro Nakamatsu, también conocido como Dr. NakaMats, es quizás el inventor más inusual, prolífico y consumado del mundo. De hecho, quienes lo han conocido describen a este peculiar científico de 81 años como algo casi «arrancado de otra dimensión» o «una mezcla de Thomas Edison y Willy Wonka con esteroides».

Nakamatsu afirma tener el récord mundial de inventos, con más de 4.000 patentes, y algunos de sus inventos patentados son:

• El disco flexible, sobres protectores para disquetes, y disquetes limpiadores de cabezales.
• El disco CD, que incluye un CD para supuestamente «mejorar el brillo o la función sexual».
• El sistema Enerex, para generar hidrógeno y oxígeno. El uso previsto es para un motor de coche que funcione con agua del grifo.
• Las zapatillas de salto «PyonPyon».
• Una almohada que impide quedarse dormido al conducir
• El «Love Jet», un producto de mejora sexual para recuperar la natalidad en Japón.

En entrevistas, Nakamatsu dijo que su proceso de creatividad consiste en escuchar música, bucear bajo el agua, grabar sus ideas bajo el agua, sentarse en su «Habitación de la Calma» -un baño construido sin clavos y alicatado en oro de 24 quilates- y privarse de oxígeno para hacer inventos «0,5 segundos antes de morir.» ¿Por qué? Porque dice que es cuando surgen sus mejores ideas.



También tiene un ascensor en su casa, pero niega que sea un ascensor. En su lugar, lo llama su «sala de mudanza vertical». También predice que vivirá hasta los 144 años, que producirá hasta 6.000 patentes y que curará su propio cáncer terminal -se lo diagnosticaron en 2014 y los médicos pronosticaron su fallecimiento para enero de 2016-.

«Estoy agradecido de que los cielos me hayan dado esta forma de cáncer increíblemente difícil, me han dado la oportunidad de inventar mi propia cura y de ayudarme a mí mismo y a los demás», dijo. «Si fuera un cáncer de estómago me habría enfadado, ya que habría sido más fácil de tratar.»

También ha ganado el premio Ig Noble por hacer fotos de todas las comidas que ha hecho durante 35 años para analizar los efectos de la comida en la salud del cuerpo, la actividad cerebral y la longevidad. El premio Ig Noble se concede a quienes hacen reír a la gente, y luego pensar; y sensibilizan al público en las ciencias.

Recientemente, Nakamatsu afirmó haber inventado la peluca Mamori-gami (Ángel de la Guarda/Cabello), un invento con una espada japonesa y un shiruken incorporado en su interior, diseñado para proteger a Donald Trump.



«La Peluca de Defensa es un invento de entre 3.500 inventos y contiene una espada japonesa, shuriken, incorporada en su interior», dijo. «Esta peluca ataca al enemigo y luego regresa. Así que puede utilizarla muchas veces para atacar»

Cuando se le preguntó si era partidario de Trump, Nakamatsu respondió que no lo era, pero que como fue profesor en Wharton -donde Trump dice haberse graduado-, Trump es su alumno. «Por lo tanto, le regalo mi invento»



La afirmación más famosa de Nakamatsu es la de haber inventado la tecnología del disquete en 1952 mientras escuchaba la Sinfonía nº 5 de Beethoven. De la creación dice que «no hubo madre».



Pero IBM tiene una historia diferente



En una nota algo más sobria, IBM afirma que un equipo de sus ingenieros, liderado por Alan Shugart, inventó el disquete a finales de los años sesenta. Y afirman que el descubrimiento fue un poco accidental.

En 1967, IBM había encargado a su centro del departamento de almacenamiento de San José, California, que desarrollara un medio fiable y barato de cargar microcódigo en un ordenador central de 100KB. En aquella época, cuando se encendía el mainframe, los procesos iniciales debían cargarse manualmente con unidades de cinta (que tenían los sistemas en ellas). Por supuesto, las cintas eran grandes y lentas, así que esto hacía que todo el proceso fuera arduo.

La empresa había encargado al equipo que hiciera algo rápido y ligero, que pudieran enviar a los usuarios con las actualizaciones de software por 5 dólares. Pero el equipo se pasó de la raya, y por mucho.

De la noche a la mañana, se dieron cuenta de que los disquetes que habían fabricado eran algo más que un medio para transferir pequeños paquetes de datos a un dispositivo de almacenamiento. Los discos podían utilizarse para almacenar datos por sí mismos. Y los dispositivos almacenaban la friolera de 250KB de información, lo que suponía un gran salto.

Y así nacieron los disquetes. El primer ordenador con una unidad de sólo lectura para disquetes de 8 pulgadas salió al mercado en 1971, y la lectura y escritura llegó con dos años de retraso.

¿Quién inventó el disquete?



Es un asunto dudoso. Nakamatsu afirma haber concedido la licencia de sus patentes de disquetes a IBM en 1979, aproximadamente una década después de que IBM afirmara haberlo inventado. Sin embargo, hay pruebas claras de que Nakamatsu sí ideó una unidad de disco dos décadas antes.

A los 20 años, intentó reducir el tamaño de un disco fonográfico y eliminar la calidad rayada del sonido. Dos años después, completó el proyecto en la Escuela de Ingeniería de la Universidad Imperial de Tokio. El disco podía leerse con sensores magnéticos y de luz, y recibió una patente japonesa por la invención del disco en 1952.

Se mire como se mire, esa es la definición de digitalización de la tecnología analógica. Sin embargo, aunque Nakamatsu afirma abiertamente haber desencadenado el «inicio de Silicon Valley y la revolución de la tecnología de la información», no afirma que IBM le robara la idea.

En cambio, afirma que después de que seis de las principales empresas japonesas rechazaran su petición de que produjeran el disquete, concedió la licencia de venta del disco a IBM. Y IBM decidió pagar.

Sus afirmaciones sobre la invención del disquete no han sido confirmadas por IBM, pero tampoco desmentidas, lo que ha llevado a algunos a creer que existe un contrato de confidencialidad entre ambos.

Sin embargo, eso no ha impedido que Google se pronuncie sobre el asunto.



IBM podría necesitar un nuevo movimiento

Mirando hacia atrás, no puedes evitar pensar en lo grande que era IBM, y compararlo con su crisis actual. Hemos escrito sobre cómo han reportado 19 trimestres consecutivos de disminución de las ventas, sin que se haya reportado un final a la vista.

Pero recientemente, han tenido otro avance en la tecnología de almacenamiento que es tal vez igual -o mucho mayor- que la invención del disquete. Es decir, la capacidad de almacenar un solo bit de datos en un solo átomo.

Aunque esta tecnología funciona en perfectas condiciones de laboratorio, transferirla a un producto comercializable va a ser difícil. Pero ya han tomado el mercado por asalto una vez y han revolucionado el almacenamiento de datos, así que tal vez puedan hacerlo de nuevo.

Y si no pueden, tal vez puedan pedirle al Dr. Nakamatsu algo de ayuda.

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