Mulán está considerada entre las princesas de Disney, pero ¿por qué si no es de la realeza por nacimiento o matrimonio? Walt Disney Pictures lleva décadas llevando su propio tipo de magia a la gran pantalla, y aunque ha explorado diferentes géneros a lo largo de los años, es más conocido por sus largometrajes de animación. Sin embargo, el estudio ocupa un lugar especial en el corazón de los espectadores gracias a sus películas de cuentos de hadas, protagonizadas por diferentes princesas.
La primera de ellas, que también resulta ser la primera película de animación de Disney, fue Blancanieves y los siete enanitos, estrenada en 1937. La película llegó para cambiar la industria del cine y dio al estudio su primer premio de la Academia: uno honorífico, con una estatua normal acompañada de siete miniaturas. Desde entonces, Disney ha llevado a la gran pantalla varios cuentos de hadas, pero no todas sus protagonistas pueden considerarse princesas Disney. Hay algunos requisitos que hay que seguir para ser considerada una princesa Disney -pero, ¿por qué se considera a Mulán como tal, si no guarda ninguna relación con la realeza?
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Dependiendo de a quién se le pregunte, los criterios para convertirse en una princesa oficial de Disney varían, pero lo que todos parecen tener en común es ser humana o humanoide, como es el caso de Ariel de La Sirenita; ser la protagonista de una película animada de Disney/Pixar; no deben ser la estrella de una secuela; deben ser de la realeza ya sea por nacimiento o por matrimonio; tener al menos un número musical y un compañero animal. El requisito de «ser de la realeza por nacimiento o matrimonio» tiene una pequeña vuelta de tuerca, ya que también permite ser princesa Disney a aquellas que hayan realizado un acto de heroísmo, y por eso Mulán es considerada como tal.