Tumores oculares

Los tumores en el ojo suelen ser tumores secundarios causados por cánceres que se han extendido desde otras partes del cuerpo, especialmente la mama, el pulmón, el intestino o la próstata. Dos tipos de tumores primarios surgen dentro del propio ojo y se conocen como retinoblastoma en los niños y melanoma en los adultos.

El retinoblastoma es un cáncer de la retina, el tejido sensible a la luz del ojo. Este cáncer ocular infantil, el más común, suele afectar a niños menores de cinco años, y cada año afecta a entre 500 y 600 en Estados Unidos. En casi un tercio de los casos, el retinoblastoma se produce en ambos ojos. Aunque los síntomas no son evidentes al principio de la enfermedad, el aumento del dolor y la pérdida de visión acaban señalando el problema.

El melanoma maligno se produce con mayor frecuencia en adultos de 60 a 65 años, y surge del crecimiento incontrolado de unas células llamadas melanocitos. Cada año se diagnostican entre 1.500 y 2.000 nuevos casos en Estados Unidos.

Diagnóstico:

Además de dañar la visión, los tumores oculares pueden extenderse al nervio óptico, al cerebro y al resto del cuerpo. Por lo tanto, el diagnóstico y el tratamiento tempranos son extremadamente importantes. El melanoma tiende a extenderse a través de los vasos sanguíneos a órganos distantes. Los oftalmólogos de Wilmer y otros médicos altamente cualificados, como el patólogo, desempeñan un papel crucial a la hora de realizar el diagnóstico preciso y determinar la progresión del tumor. Las células tumorales se estudian en el Laboratorio de Patología Ocular de Wilmer, líder mundial en el diagnóstico de tumores oculares. Los médicos de la Clínica de Melanoma del Johns Hopkins participan cuando su experiencia es necesaria.

En el caso de los niños, gran parte del trabajo de diagnóstico se lleva a cabo en lo que parece ser una sala de juegos e implica técnicas diseñadas para ser amigables con los niños.

Tratamiento:

Hay varias formas de tratar los tumores oculares, dependiendo del diagnóstico, el tamaño y la agresividad del tumor, y otros factores. Algunos tumores pequeños pueden responder al tratamiento con láser o a la congelación (criocirugía). En algunos casos, es posible extirpar un tumor quirúrgicamente y seguir conservando la visión. Una técnica avanzada por los investigadores de Wilmer afina la radioterapia para los tumores oculares, centrándola con mayor precisión en el ojo. Así se minimiza la cantidad de radiación que llega al tejido sano. Si el cáncer ocular está avanzado y debe tratarse de forma agresiva o extirparse, los cirujanos plásticos de Wilmer realizan una cirugía ocular reconstructiva. Los ojos artificiales o implantes actuales se mueven casi con normalidad y son prácticamente indistinguibles de los ojos naturales, aunque, por supuesto, no ven.

> Tratados por la División de Oncología Ocular

El futuro:

Los investigadores de Wilmer están estudiando los patrones hereditarios en los cánceres infantiles de ojo. Para las familias con antecedentes de cáncer ocular, las medidas preventivas y los programas de detección precoz pueden ayudar a aliviar algunas ansiedades y minimizar los daños. En el caso de los tumores oculares en adultos, los investigadores de Wilmer están llevando a cabo amplios ensayos clínicos para ver qué tratamientos ofrecen los mejores resultados. Los estudios simultáneos sobre la calidad de vida mostrarán las preferencias de los pacientes y qué enfoques producen la mejor función.