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10 señales de advertencia temprana de que su adolescente está luchando con la enfermedad mental

De acuerdo con la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales, el 20 por ciento de los adolescentes entre las edades de 13 y 18 años viven con una condición de salud mental, y el 50% de todos los casos de por vida de la enfermedad mental comienzan a los 14 años. Mientras que cada tipo de enfermedad mental tiene su conjunto único de señales de advertencia, hay temas comunes que se destacan.

Aquí hay 10 formas en que los adolescentes pueden mostrar signos de su dolor emocional.

Poca higiene personal

Una repentina y continua falta de autocuidado puede ser un indicador común de un problema más profundo. Si estás notando que tu hijo no se cepilla los dientes, no se lava el pelo o no se cambia de ropa durante semanas o incluso meses, existe la posibilidad de que esté luchando contra la depresión, el trastorno bipolar, un trauma u otra forma de enfermedad mental.

Cambios de humor extremos

Los cambios de personalidad que se salen de lo normal pueden apuntar a la posibilidad de un trastorno de salud mental. Si nota que su hijo adolescente muestra signos de agresividad anormal, comportamiento impulsivo de búsqueda de emociones o sentimientos incontrolables de euforia, programe una cita para que un profesional de la salud lo evalúe.

Cambios en los patrones de alimentación

La pérdida o el aumento excesivo de peso puede ser una señal de que su adolescente está luchando contra un trastorno alimentario. Según la NEDA, la mitad de las chicas y casi un tercio de los chicos utilizan tácticas poco saludables como saltarse comidas, ayunar, vomitar y tomar laxantes para controlar su peso. Por el contrario, esconder la comida en secreto o ser incapaz de controlar la ingesta de alimentos puede apuntar a la posibilidad de un trastorno por atracón.

Disminución de las calificaciones

El bajo rendimiento académico y la enfermedad mental suelen ir de la mano. Un deslizamiento aquí y allá es común; sin embargo, las calificaciones cada vez más bajas durante semestres consecutivos podrían indicar un problema más significativo. Si ha descartado problemas como el TDAH o la dislexia, pero nota que su hijo adolescente sigue teniendo problemas de concentración, organización, planificación, memoria o ejecución de tareas sencillas, podría apuntar a ansiedad, depresión u otra forma de enfermedad mental.

Pérdida de interés por las actividades y aficiones

Los adolescentes deprimidos tienden a perder el interés por casi todo, incluso por las cosas que antes eran divertidas y emocionantes. ¿Ha notado que su adolescente se ha retirado abruptamente de los deportes, la música, el baile u otras actividades extracurriculares que antes le resultaban agradables? ¿Ha abandonado de repente sus aficiones y actividades favoritas?

Falta de energía o motivación

Los adolescentes pueden mostrar signos de fatiga física, mental o de motivación en ocasiones. Sin embargo, si su hijo o hija comienza a mostrar signos extremos de fatiga y letargo, podría ser un signo de una condición subyacente. Las cosas más comunes a las que hay que prestar atención son la somnolencia constante a lo largo del día, los movimientos lentos o perezosos y la dificultad para seguir participando en la escuela y otras actividades.

Problemas para dormir

No es ningún secreto que a los adolescentes les gusta dormir. En realidad, esto es bastante normal porque los adolescentes necesitan al menos
8 a 10 horas de sueño cada noche para poder rendir al máximo durante las horas de vigilia. Sin embargo, si notas patrones de sueño inusuales, como un exceso de sueño o insomnio, puede ser una señal de que puede existir una enfermedad mental. Los estudios estiman que alrededor del 90% de los niños con depresión experimentan algún tipo de problema de sueño.

Alejamiento de los amigos y la familia

¿Su hijo o hija ha abandonado su naturaleza típicamente social por un entorno más aislado? Es habitual que los adolescentes oculten su depresión o ansiedad por miedo a ser juzgados o incomprendidos, y una forma de hacerlo es evitando a amigos y familiares.

Sentimientos de inutilidad

La adolescencia es una época difícil para la mayoría, y los sentimientos temporales de tristeza, vergüenza o culpa suelen aparecer de vez en cuando. Pero cuando este tipo de sentimientos se prolongan o se vuelven tan debilitantes que su hijo tiene dificultades para desenvolverse en la vida cotidiana, existe la posibilidad de que se trate de un problema mucho más grave.

Automedicarse

Los adolescentes que sufren depresión, ansiedad, TDAH, trastorno bipolar u otros tipos de enfermedades mentales no diagnosticados suelen automedicarse como método de evasión. Por desgracia, esto sólo acaba empeorando su estado y puede conducir a un trastorno por consumo de sustancias. Si cree que su hijo adolescente está consumiendo muchas drogas o alcohol, póngase en contacto con un profesional sanitario de inmediato.

Aprender todo lo que pueda sobre la salud mental es un primer paso importante para garantizar la seguridad y el bienestar de su hijo. A partir de ahí, abra un diálogo con su hijo adolescente haciéndole saber los signos específicos que ha notado y que le preocupan. Recuerde que debe partir de un lugar de amor, comprensión y compasión. No le abrume con demasiadas preguntas y absténgase de juzgarle. Esté dispuesto a escuchar de verdad y a proporcionarles el apoyo que necesiten.

Si cree que su hijo adolescente está en peligro de hacerse daño a sí mismo o a otros, no tenga miedo de pedir ayuda. Un profesional de la salud mental puede prescribir un plan de tratamiento eficaz para que su hijo pueda obtener la ayuda que merece.

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