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Hay un montón de tristes preguntas de «por qué» que se hacen millones de desafortunados. ¿Dónde está mi papá? Mamá, ¿Por qué vivimos tan pobres? ¿Por qué lloras? Te oí a altas horas de la noche a través de la puerta de mi habitación… Perdón por dejarme llevar por el plagio de Tupac. Pero para un niño con sueños de fama y riqueza en la NBA, no hay «por qué» que dé más miedo que el que tuvo que crecer Blake Griffin.

«Por qué tuve que ser medio blanco. Por qué no podía tener la garantía de estar en la NBA»

Con las probabilidades de que sólo 3 de cada 10.000 jugadores de baloncesto del instituto lleguen a la liga, donde el 76,3% de los jugadores de la liga son afroamericanos y el 81% son de color, las probabilidades estaban en contra de Blake. Sí que tenía un padre, negro, que jugaba al baloncesto universitario, pero también tenía un hermano mayor con habilidades para el baloncesto, así que las probabilidades de que el menor fuera mejor que su hermano mayor y su padre hacían que las probabilidades fueran aún mayores… y también tengo que mencionar que Blake fue educado en casa -lo que no significa absolutamente nada-.

Pero para resumir la historia, Blake fue capaz de sacar provecho del negro que había en él y superar el «privilegio blanco» para convertirse en la primera elección del draft de la NBA de 2009 y luego conocer a Peter Mehlman, que taladró a Blake con preguntas muy serias como «¿si Andrew Bynum te llama y te invita a la mansión Playboy?»

Seguro que Blake también se preguntó por qué estaba maldito con ese horrible corte de pelo durante todo el instituto y la universidad. Por suerte, esas plegarias acabaron siendo escuchadas cuando llegó a la NBA.

Conferencia de prensa de Blake Griffinimage-gamefly-1

Si os habéis tomado algo de este post o de esta entrevista de hace 6 años en serio, lo único que puedo decir es que os iluminéis y os busquéis una puta vida.

BONUS BLAKE

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– Ballislife.com (@Ballislife) October 1, 2018

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