Cómo establecer reglas para los hijos adultos que viven en casa
El New York Times informó de que, por primera vez en la historia, los adultos de entre 18 y 34 años tienen más probabilidades de vivir con uno de sus padres que con una pareja sentimental. A mis 33 años, me sorprende la cantidad de amigos que tengo que se sienten cómodos viviendo de nuevo en casa de sus padres (sí, también se las arreglan para tener vida de pareja).
Hay muchas razones por las que los veinteañeros y treintañeros pueden emigrar de nuevo al nido. Esas razones pueden ser un factor importante en cómo se maneja ese arreglo de vida. Dicho esto, independientemente de si los hijos adultos regresan a casa debido a la necesidad, la transición o la preferencia, aquí hay algunas cosas que debe asegurarse de discutir.
Línea de tiempo
Es realmente importante discutir cuánto tiempo se espera que dure este acuerdo de vida. ¿Es indefinido? ¿Seis meses? ¿Dos años? ¿Hasta que Pete consiga un trabajo? Una vez que se construya la casa? ¿Cuál es el tiempo que el hijo adulto cree que va a necesitar y que los padres pueden soportar?
Será diferente para cada familia, pero piénselo de forma realista. Por ejemplo, si una hija adulta se muda a casa con su nuevo marido porque su casa se está construyendo, añada al marco de tiempo uno o dos meses más, ya que los proyectos de casas grandes pueden durar más de lo esperado.
Finanzas
Algunas familias pueden estar en una posición en la que los padres pueden y están felices de cubrir los costos de tener a sus hijos de vuelta en casa. Si es así, ¡qué suerte tienen los niños! Pero ese no es el caso de la mayoría de las familias.
Aunque creo que lo mejor es que la sugerencia provenga del hijo adulto que vuelve a vivir en casa (¡muestra un enfoque proactivo!), los padres pueden necesitar esbozar lo que se espera financieramente antes de que Junior vuelva a casa. Cada situación será diferente, pero aquí hay algunas sugerencias para lo que él o ella contribuye:
- Una cantidad fija destinada a la comida, la hipoteca, el desgaste, etc.
- Una tarifa plana para las facturas y el alquiler, con la expectativa de que el hijo adulto compre artículos de alimentación comunes y personales
- Una tarifa basada en un porcentaje de los ingresos del hijo adulto
- Una tarifa que se supone que subirá hasta cierto punto una vez que el hijo adulto encuentre un trabajo (u otra condición que tenga sentido para la situación)
- Sin alquiler, pero contribuye a las facturas y a la comida
- Sin alquiler, pero con la expectativa de que ciertos proyectos y tareas sean realizados por el hijo adulto
Expectativas
Como en cualquier situación de convivencia, vas a querer establecer expectativas claras en torno a los pormenores de la convivencia. Será importante establecer límites claros. Aquí hay áreas en las que pensar:
Limpieza
Ya sea que establezca un horario de limpieza, una rueda de tareas o (como hizo mi mamá) coloque pequeños carteles que indiquen lo que se espera en esa habitación (cosas como: guardar los artículos de tocador, limpiar el fregadero y el mostrador, poner la ropa en el cesto, colgar las toallas en ganchos o estantes), es importante comunicar lo que se espera en términos de limpieza. Para algunos, todo lo que tendrás que decir es: «Limpia lo que ensucies y ayuda con las tareas semanales». Para otros, tendrás que detallar lo que se espera diariamente, semanalmente o mensualmente. Sea claro y específico.
Invitados
A los hijos adultos no hay que hacerles sentir como adolescentes de nuevo con toques de queda, pero mamá y papá tampoco deben sentir que su casa se ha convertido en una residencia universitaria con gente entrando y saliendo todo el tiempo. Tómese el tiempo para pensar y hablar sobre lo que va a funcionar – es posible que tenga que experimentar aquí para ver lo que se siente bien para su familia.
Cosas para pensar: ¿Con qué frecuencia pueden venir invitados? ¿Está bien que una persona importante se quede a pasar la noche? Qué pasa cuando mamá y papá están fuera de la ciudad? ¿Hay alguna zona de la casa que sea más adecuada para las reuniones nocturnas, como una habitación en el sótano, una casa de invitados, un apartamento para los suegros o un ático en el garaje? ¿Y qué pasa con la gente que viene de visita? Empieza con algunas reglas generales y ajústalas según sea necesario. Recuerde que siempre está bien comprobar cómo funciona el acuerdo.
Comportamiento
A los 30 años, puede ser difícil pensar que tus padres tengan algo que decir o incluso una opinión sobre cómo deberías estructurar tu día o hacer tus cosas. Pero los padres son padres, y van a tener opiniones y pensamientos sobre tu vida. Sería bueno hablar de cosas como dormir hasta tarde o tomarse un día de pereza para acurrucarse en el sofá y relajarse. Esta conversación no está reservada al descanso. Podría ser una rutina de ejercicios, los hábitos alimenticios o las decisiones personales en torno a la bebida o el tabaquismo que entran en la mezcla.
Sea lo que sea, este puede ser un territorio en el que los padres y los hijos adultos pueden chocar, y es importante discutir las cosas y expresar las preocupaciones, pero también tener en cuenta la edad. Los padres y los hijos pueden tener siempre esa dinámica, pero encontrar un lenguaje para hablar de estos temas es una buena idea.
Algunos ejemplos de lenguaje
1. Hijo adulto: «Hola chicos, me vendría muy bien un día para dormir. ¿Estaría bien si este sábado dejáis de limpiar hasta después de las 10 de la mañana?»
2. Padre: «Chris, estamos contentos de tenerte aquí, pero como tu madre, no puedo aprobar que fumes. Voy a pedirte que no fumes en la casa ni en sus alrededores»
3. Hijo adulto: «Papá, te agradezco que quieras ayudarme a encontrar un trabajo, pero me siento muy presionado cuando me lo pides a diario. Qué tal si hacemos un chequeo una vez a la semana?»
4. Padre: «Libby, estamos contentos de que te quedes con nosotros, pero es importante para mí que tus proyectos en curso se guarden cuando no estés trabajando en ellos»
Cada familia va a tener diferentes problemas y diferentes éxitos cuando los hijos adultos vuelvan a casa. Afortunadamente, serás proactivo y tratarás de tener la mayor cantidad de expectativas antes de tiempo. Para aquellos momentos en los que surjan problemas, recuerda hablar desde el respeto y la comprensión.
Nota del editor: Este artículo fue publicado originalmente por Houzz y ParentMap en 2016, y actualizado en junio de 2020.