El mito detrás de Hemingwaysu bebida favorita
Cuanto más grande es la persona, más mitología la rodea. Muchos crecieron escuchando las historias de George Washington cortando el cerezo, de que el emperador Nerón tocaba el violín mientras Roma ardía, o de que Newton necesitó que una manzana le diera un golpe en la cabeza para descubrir la gravedad. Lo mismo ocurre con el prototipo de El hombre más interesante del mundo, Ernest Hemingway. En mi libro, To Have and Have Another-A Hemingway Cocktail Companion, me propuse desmentir los mitos comunes asociados a él.
Según el mito, la bebida favorita de Ernest Hemingway era el mojito, que bebía a menudo en uno de sus bares favoritos, La Bodeguita del Medio, en La Habana, Cuba. Sin embargo, aparte de una cita manuscrita en la pared de La Bodeguita, no existe ninguna prueba de que Hemingway bebiera nunca mojitos, ni de que pisara el local. En cuanto a esa inscripción, se parece mucho a la letra de Hemingway, y dice claramente «Mi mojito en La Bodeguita, Mi daiquiri en El Floridita». Así que esto es una prueba, ¿no?
Error. Es una falsificación. De hecho, a finales de los años 50, los propietarios de la bodega, un tal Sr. y Sra. Martínez, estaban discutiendo con un periodista cubano (y amigo de Hemingway), Fernando Campoamor, sobre cómo conseguir más negocio. Según Campoamor, en Trading With the Enemy (Comercio con el enemigo), de Tom Miller, «estábamos tratando de averiguar cómo ayudar a su negocio, y alguien dijo: ‘Mi mojito en La Bodeguita, mi daiquiri en El Floridita’. Era una broma divertida, nada más… Bueno, yo tenía estas cosas en casa con la letra de papá, así que contrataron a un grafista para que lo imitara. Yo protesté por ello, aunque al principio me gustaba el humor. Se trataba simplemente de una broma privada entre amigos. Pero la pequeña broma se convirtió en una gran mentira».
Decir que funcionó sería el eufemismo del año: miles de personas acuden a La Bodeguita cada año para conseguir su «Mojito Hemingway». Diablos, hasta el Papa Francisco y el presidente chino Xi Jinping han hecho esa falsa peregrinación en los últimos años.
Como prueba adicional, nunca se ve mencionar ni La Bodeguita ni el Mojito en ninguna de las prosas de Hemingway, ni en sus cartas, ni en sus diversas biografías. La premisa de «To Have and Have Another» es que Hemingway tendía a escribir sobre qué y dónde bebía. ¿El bar de Harry en Venecia? Lo encontrarás en su novela Across the River and into the Trees. El Daiquiri y el Floridita están en innumerables cartas, así como en su novela Islands in the Stream. ¿El Gin & Tonic en el Museo Chicote de Madrid? Ver «La denuncia», uno de sus relatos cortos de la Guerra Civil española.
El Rx de Gregorio
1 1/2 onzas de Ron Papa’s Pilar Blonde
1 onza de sirope de miel (hecho con una proporción de 1:1 de agua y miel)
1 onza de zumo de lima
4 hojas de menta
Agregar todos los ingredientes a la coctelera con hielo y agitar. Colar en un vaso lleno de hielo. Añadir agua con gas a la coctelera. Agitar y verter en la bebida. Adornar con una ramita de menta.
En realidad, si lo bebía, generalmente escribía sobre ello, en algún lugar. No es el caso del Mojito. De hecho, en toda mi investigación, que abarca unos 20 años, no he encontrado ni una sola referencia a la bebida ni a la Bodeguita. Permítanme matizar que sí he encontrado una. De hecho, el jugador de jai alai José Andrés Gárate, un amigo cercano durante los años 40 y 50, dijo que «bebió con papá en el Floridita muchas veces y comió ostras con él en el hotel Ambos Mundos de La Habana». Cuando le preguntaron por la historia del Mojito, contestó: «Nunca he oído hablar de La Bodequita (sic) del Medio.»
Pero Hemingway sí disfrutaba de una bebida como el Mojito mientras salía en su querido barco, el Pilar. El Gregorio’s Rx fue creado por su patrón, Gregorio Fuentes, que le preparaba a Hemingway cuando se encontraba mal. Muchos creen que tanto Fuentes como otro patrón de Hemingway, Carlos Gutiérrez, sirvieron de base para el personaje del viejo pescador Santiago en El viejo y el mar.