En busca de mitos y héroes . La Reina de Saba | PBS
La historia de la Reina de Saba aparece en textos religiosos sagrados para judíos, cristianos y musulmanes. Descrita en la Biblia como una simple reina de Oriente, los estudiosos modernos creen que procedía del Reino de Axum en Etiopía, del Reino de Saba en Yemen, o de ambos. Su principal pista es que trajo consigo fardos de incienso como regalo; el incienso sólo crece en estas dos zonas. Ambos países la reclaman como suya. Dado que están separados por sólo 25 kilómetros de agua, ambos podrían tener razón.
En estos relatos la reina de Saba es una buscadora de la verdad y la sabiduría y ha oído que el rey Salomón de Israel es un hombre muy sabio. Viaja en camello a Jerusalén para conocerlo y poner a prueba sus conocimientos con preguntas y acertijos. Lleva consigo incienso, mirra, oro y joyas preciosas.
El rey Salomón ha oído hablar de Saba y de su gran reino. También ha oído que tiene una extraña característica, un pie izquierdo hendido como el de una cabra y una pierna peluda. Deseoso de comprobar si la historia es cierta, manda pulir el suelo de su corte hasta dejarlo como un cristal. Cuando la reina de Saba camina por el suelo, Salomón ve el reflejo de su pie hendido. Justo delante de sus ojos, se transforma y se vuelve normal.
La reina de Saba pone a prueba la sabiduría de Salomón, haciéndole muchas preguntas y dándole acertijos para que los resuelva. Él responde a su satisfacción y luego le enseña sobre su dios Yahvé y ella se convierte en una seguidora. Así es como algunos etíopes creen que el cristianismo llegó a su país. La reina acepta quedarse con el rey Salomón como invitada. Siendo una mujer soltera, advierte al rey que no la toque. Él le responde que, a cambio, no debe tomar nada suyo. Sin embargo, la ha engañado. En medio de su primera noche tiene sed y toma un vaso de agua. Él se enfrenta a ella y le dice que, al romper su acuerdo, le ha liberado del suyo. Pasan la noche juntos y cuando ella vuelve a casa de su reino, está embarazada de un hijo.
Ella cría sola a su hijo Menelik. Cuando crece, Menelik decide que quiere conocer a su padre y viaja a Israel para conocer al rey Salomón. A su regreso, lleva consigo el Arca de la Alianza, el recipiente sagrado que contenía los Diez Mandamientos. En la leyenda etíope, el Arca ha permanecido en Etiopía desde entonces y los etíopes ven a Menelik como el primero de una línea ininterrumpida de reyes etíopes que se extiende hasta el siglo XX.
Bibliografía