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La placa cribiforme: un sitio santuario para la leucemia meníngea

La irradiación craneal es un tratamiento profiláctico eficaz para la infiltración meníngea subclínica en la leucemia linfoblástica. Sin embargo, la recaída en el sistema nervioso central (SNC) sigue ocurriendo en el 6-10% de los casos en general y hasta en el 30% de los casos con un mal pronóstico en algunas series. Estas recidivas pueden deberse en parte a una infradosificación inadvertida de la placa cribiforme, situada en el centro de las órbitas y que se proyecta sobre su tercio superior en una vista lateral. La dosis a las meninges adyacentes puede así reducirse mediante el blindaje de las lentes radiosensibles. Este problema se agrava si se utilizan campos laterales convencionales centrados en la parte media del cráneo, porque entonces los ojos no se proyectan uno sobre otro. Si el centro del campo se traslada al borde de la órbita, este problema de divergencia del haz puede superarse. Entonces es posible el bloqueo del haz en el eje central de ambas lentes, y en algunos pacientes se puede irradiar adecuadamente la placa cribiforme. Sin embargo, en la mayoría de los niños la geometría de la órbita es tal que es necesario añadir un haz de electrones anterior para garantizar una dosis homogénea. Estos perfeccionamientos de la técnica de irradiación podrían evitar la recidiva meníngea con una dosis menor en todo el cerebro y, por tanto, menos secuelas neuropsicológicas. Esta hipótesis podría probarse en un ensayo clínico.

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