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Las desventajas de la leche de almendras – LG Nutrition

A menudo recomiendo a mis clientes leches de origen vegetal debido a la intolerancia a la lactosa o a las alergias y sensibilidades a la proteína de la leche. Se ha convertido en una leche tan habitual que casi todas las cafeterías la ofrecen como opción en el café o en los batidos. ¿Es la leche de almendras tan buena como parece? Para empezar, la leche de almendras que se compra en el supermercado es principalmente agua. La mayoría de los sólidos de la almendra se cuelan. Si los sólidos de la almendra se mantuvieran en la leche, ésta sería muy arenosa, espesa y con alto contenido en grasa. Compruebe el contenido de grasa de la leche de almendras y verá que es muy baja en grasa (normalmente <2g de grasa). Además, es muy baja en proteínas. En la guardería de mi hijo, permiten la leche de almendras como sustituto proteico de la leche de vaca. Cuando en realidad es un alimento bajo en proteínas. Está bien tomar una leche de almendras baja en proteínas siempre que se obtengan las proteínas adecuadas en otro lugar. Uno de mis mayores problemas con MUCHAS de las grandes leches de almendras es la cantidad de CARBONATO DE CALCIO que añaden al producto. Si alguna vez has visto anuncios de las empresas de leche de almendras anunciando que su producto tiene tanto calcio y a veces más que la leche de vaca, es porque lo añaden en forma de un suplemento llamado carbonato de calcio. Esta forma de calcio es barata y bastante concentrada. Una taza contiene entre 350 y 450 mg de calcio en la mayoría de las marcas. Un exceso de este calcio puede ser perjudicial, ya que contribuye a la formación de cálculos renales a base de calcio y, más comúnmente, al estreñimiento y la hinchazón. Por lo tanto, si tomas más de 2 tazas de leche de almendras al día, es posible que quieras cambiar a una marca que utilice una forma de calcio menos concentrada (y menos estreñidora) llamada fosfato tricálcico. Habla con tu dietista para que te dé más recomendaciones. Mientras tanto, recuerde que la mejor fuente de calcio no proviene del pasillo de la «leche», sino de las verduras de hoja verde oscura (col rizada, acelgas, brócoli, hojas de mostaza) y de alimentos como las almendras (mejor comer las almendras), las semillas de sésamo e incluso las naranjas.

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