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Significado clínico

Las lesiones de la arteria axilar son raras pero pueden causar la pérdida de la extremidad. Suelen producirse por un traumatismo penetrante o contundente en el hombro. Los ejemplos incluyen, entre otros, la luxación anterior del hombro, la reducción de la luxación anterior del hombro y la fractura del cuello humoral. Estos mecanismos de lesión pueden provocar la rotura de la arteria axilar y la consiguiente trombosis. Los pacientes pueden presentar dolor, palidez, frialdad, ausencia o retraso en el relleno capilar, entumecimiento u hormigueo, o falta de pulso radial en la extremidad lesionada. Sin embargo, el suministro de sangre colateral en el hombro puede enmascarar algunos de estos síntomas. Por lo tanto, la presentación de la lesión de la arteria axilar es variable, por lo que es esencial un alto nivel de sospecha.

Aneurisma de la arteria axilar

Los aneurismas de la arteria axilar son una de las lesiones que pueden producirse debido a un traumatismo penetrante o contundente. Sin embargo, pueden desarrollarse a partir de procesos ateroscleróticos durante largos períodos de tiempo. A menudo se asocian a complicaciones neurológicas debido a la estrecha proximidad de la arteria axilar y el plexo braquial. Los aneurismas pueden surgir por el uso inadecuado de las muletas. La presentación de estos pacientes puede incluir déficits neurológicos de la extremidad superior, dedos isquémicos u oclusión de las arterias redial y cubital debido a la embolización de un aneurisma. Los aneurismas axilares se confirman por imagen. La angiografía por TC es la técnica de imagen más útil para el diagnóstico. Actualmente es el estándar de oro. Una modalidad de imagen alternativa es la angiografía por resonancia magnética cuando el contraste intravenoso está contraindicado. La ecografía también es muy útil para la detección y el diagnóstico. La aneurismectomía y el injerto con una vena safena suelen ser el procedimiento quirúrgico empleado para revertir estas complicaciones. Otra opción de tratamiento para los pacientes es la reparación endovascular del aneurisma.

La compresión arterial posicional

La trombosis de la arteria axilar y el aneurisma también pueden verse, aunque muy raramente, en atletas sanos que realizan frecuentes movimientos de lanzamiento por encima de la cabeza, como lanzar una pelota de béisbol o golpear una pelota de voleibol. En el movimiento de lanzamiento, el desplazamiento anterior del húmero ejerce una compresión sobre la tercera porción de la arteria axilar. La compresión intermitente de la arteria axilar puede provocar cambios crónicos en la suficiencia vascular descendente. Esto podría provocar una trombosis y un aneurisma posteriores. El personal médico que atiende a estos deportistas debe estar atento a los síntomas de dolor isquémico, intolerancia al frío, entumecimiento o fatiga del brazo inmediatamente después del entrenamiento o la competición. El personal médico debe tener en cuenta que los síntomas se presentarán más tarde en el proceso de la enfermedad debido a que sólo la embolización significativa o la disminución del flujo sanguíneo causan cambios perceptibles en la temperatura o la sensación. La angiografía por TC y la angiografía por resonancia magnética pueden utilizarse para diagnosticar o examinar a los deportistas con riesgo de compresión arterial posicional sintomática.

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