Articles

Librería

Significado clínico

La lesión del nervio axilar suele presentarse como resultado de un ángulo excesivamente estirado entre el cuello y el hombro secundario a un traumatismo o fuerza excesiva. Los escenarios típicos incluyen a un paciente que es arrojado desde un vehículo o que cae desde una altura y aterriza de forma rostral en una posición que estira el ángulo entre el cuello y el hombro ipsilateral. Por ejemplo, en el caso de que una caída provoque que la distancia entre la oreja izquierda y el hombro izquierdo disminuya considerablemente, el lado opuesto, donde la oreja derecha se aleja del hombro derecho, es donde se produciría la lesión. Las raíces nerviosas C5 y C6, que también conforman el tronco superior del plexo braquial, también pueden sufrir un sobreestiramiento durante el parto. En el caso del parto de un recién nacido, el fallo del reflejo de Moro puede manifestarse como un signo de lesión del nervio axilar. El reflejo de Moro es un reflejo de abducción y luego de aducción, de sobresalto, que se espera de un bebé aproximadamente a los 2 meses de edad. Los componentes de aducción y abducción no funcionarán correctamente en este caso. El estiramiento del nervio axilar en las raíces espinales C5 y C6 interrumpe la inervación al deltoides y al teres menor. La lesión prolongada conducirá a la atrofia del músculo deltoides, lo que provocará un aplanamiento de la curvatura del hombro. Además, el brazo se traccionará medialmente, dado que el teres menor ya no contrarresta con la rotación lateral. La extremidad también cuelga hacia un lado en posición aducta debido a que el músculo deltoides no puede contrarrestar las acciones de los músculos aductores del brazo y del pecho. La avulsión o rotura del tronco superior afecta no sólo al nervio axilar sino también al bíceps braquial y al braquial, lo que acentúa las manifestaciones clínicas de la lesión del nervio axilar, además de provocar una extensión persistente en el codo. Esta condición se conoce como parálisis de Erb-Duchenne, también llamada síndrome de la punta del camarero. Además de lo expuesto anteriormente, la lesión del nervio axilar puede ser el resultado de una luxación inferior del húmero, así como de una fractura en el cuello quirúrgico del húmero, donde la rama anterior del nervio axilar se envuelve, exponiendo el nervio a un daño potencial. La luxación del húmero suele producirse en dirección inferior debido a la disminución de la estabilidad de los ligamentos para mantener unida la articulación en sentido inferior. Cualquier irritación del nervio axilar también puede dar lugar a parestesias, entumecimiento, hormigueo o pérdida general de sensibilidad en la zona de la insignia del regimiento, ya que la rama cutánea procedente del nervio axilar posterior es la única fuente de inervación cutánea en esta zona. Una aparición brusca de dolor, seguida de un período prolongado de debilidad muscular progresiva, atrofia y déficit sensorial, es otra condición que puede afectar al nervio axilar. Esta afección especialmente rara, denominada síndrome de Parsonage-Turner (SPT), tiene un inicio insidioso pero puede precipitarse por una enfermedad vírica, un traumatismo, antecedentes de enfermedad autoinmune o incluso una intervención quirúrgica. Se manifiesta en al menos un nervio del plexo braquial. Dado que el nervio axilar es una rama terminal del plexo braquial, tiene el potencial de verse afectado, lo que lleva al debilitamiento de los músculos inervados por este nervio. El STP también puede denominarse neuritis braquial o amiotrofia neurálgica.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *