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Minarete

Un minarete es un elemento de la arquitectura islámica y es el lugar desde donde se realiza la llamada a la oración. También se conocen como manār o manāra en árabe, que significa lugar de fuego o luz (nar o nur). Según los estudiosos, la expresión manāra fue adaptada de la lengua aramea, que traducida significa «candelabro». Otra connotación árabe literal de minarete es Sawma’a -‘claustro’ o ‘celda’-, una referencia espiritual a la luz brillante de la lámpara del claustro. La expresión árabe mi’dhana, menos utilizada, transmite más adecuadamente el propósito del minarete.

El minarete, pues, es una torre alta y esbelta que constituye una característica importante de toda mezquita y es una de las primeras características de la arquitectura islámica. Está rodeado por una o varias galerías salientes desde las que el almuédano, la persona que canta la llamada a la oración, anuncia la oración a los fieles. La práctica de la llamada a la oración o adhan se convirtió en parte habitual de los rituales religiosos en el segundo año de la Hijra (623-24 d.C.).

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Un minarete está rodeado por una o varias galerías salientes desde las que el almuédano anuncia la oración a los fieles.

Los hallazgos científicos sitúan el origen de los minaretes en la época omeya y ofrecen la explicación de que estos minaretes eran una copia de los campanarios de las iglesias que se encontraban en Siria en aquellos tiempos. Sin embargo, otras referencias sugieren que estas torres en Siria tienen su origen en los zigurats de los santuarios babilónicos y asirios de Mesopotamia. Otra descripción más asocia la manāra a la función de «casa de luz», que guiaba a los viajeros.

En su artículo sobre los orígenes del minarete, K.A.C. Creswell dilucida que los cuatro Ṣawāmi construidos en el tejado de la mezquita omeya de Fustat fueron el primer minarete que se construyó. Creswel cita la mezquita omeya de Damasco, construida con cuatro torres en cuclillas en cada esquina, como el más antiguo de los templos preislámicos que utilizó dichas torres para llamar a la oración. Por lo tanto, sugiere que el minarete se inspiró en un prototipo damasceno y recibió el nombre de Sawma’a por su aspecto fornido y su similitud con el cubo del ermitaño.

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A pesar de que los minaretes no eran una faceta conocida de las primeras mezquitas, estas torres pronto adornaron los horizontes de las ciudades musulmanas y se convirtieron en sinónimo de santuarios musulmanes, y cada región desarrolló sus propios estilos. Estas estructuras estaban muy influenciadas por la sociedad, la cultura y el contexto de la región, que determinaban su forma y tamaño.

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