Qué tienen que ver los huevos con la Pascua?
La Pascua es la fiesta principal de la iglesia cristiana, una celebración de la resurrección de Jesucristo al tercer día después de su crucifixión. Entonces, ¿dónde encajan los huevos de colores?
El huevo era un símbolo premoderno y precristiano muy utilizado de fertilidad y restauración. Los «paganos» europeos (término utilizado para referirse a las personas que practicaban una variedad de tradiciones no cristianas) veían los huevos como un símbolo de la regeneración que llega con la primavera. Los primeros cristianos tomaron prestada esta imagen y la aplicaron no a la regeneración de la tierra, sino a Jesucristo. Esto se extendió también a la nueva vida de los fieles seguidores de Cristo.
La tradición de teñir y decorar los huevos de Pascua es antigua y su origen es oscuro, pero se ha practicado tanto en las iglesias ortodoxas orientales como en las occidentales desde la Edad Media. La Iglesia prohibió comer huevos durante la Semana Santa, pero las gallinas siguieron poniendo huevos durante esa semana, y la noción de identificar especialmente esos huevos como huevos de Semana Santa dio lugar a su decoración. El propio huevo se convirtió en un símbolo de la Resurrección. Al igual que Jesús resucitó del sepulcro, el huevo simboliza la nueva vida que emerge de la cáscara del huevo. En la tradición ortodoxa, los huevos se pintan de rojo para simbolizar la sangre que Jesús derramó en la cruz. La tradición de colorear los huevos ha continuado incluso en las naciones seculares modernas. En los Estados Unidos, por ejemplo, el lunes siguiente a la Pascua se celebra, con algunas interrupciones, la fiesta de los huevos de Pascua de la Casa Blanca desde 1878.