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Superar la ansiedad de la primera cita

Hay un viejo chiste sobre un hombre perdido en la ciudad de Nueva York. Le pregunta a una mujer: «¿Cómo llego al Carnegie Hall?». La mujer responde: «¡Practica!». Entonces, ¿cómo superar las ansiedades de la primera cita? Practicando. Las habilidades sociales son sólo eso, habilidades. Disfrutar de las citas no es un talento o un don, es una actitud y una colección de habilidades que puedes aprender y dominar a través de la práctica.

Las primeras citas ponen nervioso a casi todo el mundo. Sin embargo, para algunos de nosotros, esas mariposas en el estómago pueden convertirse en avisperos y hacer que queramos escondernos en lugar de salir. Nos hacemos muchas preguntas que alimentan nuestra ansiedad antes de la cita: «¿Cómo no me siento incómodo y cohibido?» «¿De qué vamos a hablar?» «¿Dónde deberíamos ir?» «¿Debo cancelar la cita?» Y la peor pregunta de todas: «¿Y si no les gusto?». No importa lo rico, inteligente o atractivo que seas, todo el mundo tiene estos pensamientos y preocupaciones. A continuación te ofrecemos algunos consejos que te ayudarán a calmar los nervios y a dar lo mejor de ti mismo. Además, las habilidades que te ayudarán a convertirte en una gran primera cita.

Cómo tener una buena primera cita

En primer lugar, para empezar a construir nuestras habilidades debemos hacer citas y no cancelarlas. Cuando evitamos algo que nos produce ansiedad experimentamos cierto alivio. Alivio por no tener que pasar por lo que nos asusta. Sentir ese alivio es una pequeña recompensa que refuerza nuestro estilo de evitación. Nuestro cerebro nos indica que es bueno seguir evitando las citas. Las investigaciones han demostrado que cuanto más evitamos algo que nos asusta, más miedo le tenemos. Por lo tanto, cuanto más citas tengas, más fácil será salir con alguien.

Para vencer la ansiedad, necesitas tener experiencias reales que desmientan tus miedos. Experiencias que te enseñen que no es una catástrofe tener una mala cita. Experiencias que te muestren que la mayoría de las citas son buenas, aunque no resulten en una segunda cita. Cuantas más citas buenas tengas, más se curarán tus miedos. Tus nervios previos a la cita pueden entonces empezar a convertirse en una sensación emocionante en lugar de aterradora.

Estoy hablando de «disfrutar» de las citas. No de cómo manipular a alguien para que te guste o para parecer la persona más interesante del mundo. Aunque suene simple la mentalidad que hay que recordar es que una primera cita tiene que ser agradable. No puedes tener expectativas cuando aún no os conocéis. Pasar un buen rato es el objetivo de tu primera cita. Eso es todo.

Tener una perspectiva realista ayuda

Si te preocupa que tu cita te critique, recuerda que ellos también están nerviosos y que también esperan que todo vaya bien. Los dos tenéis el mismo objetivo en mente, así que mantén una actitud positiva. Si tu cita es una persona negativa, mantén una actitud positiva. No hay razón para enfadarse, criticar o ser mezquino en una primera cita. Si no os gustáis, no volveréis a veros. Nunca debes expresar tu decepción ni tratar de cambiarle. Es sólo una primera cita.

Pasarse de la raya en una primera cita añade expectativas. Expectativas = Presión = Ansiedad. Es seguro decir que las primeras citas deben ser cortas. Un almuerzo, un café o un cóctel. Que dure alrededor de una hora. Tengan un lugar donde estar después para que tengan una hora en la que deban irse. Una hora de éxito te prepara bien para la segunda cita, que probablemente será más larga. Si no hay una cita número dos, entonces no has hecho una gran inversión emocional por lo que no te sentirás tan decepcionado.

Centrate más en tu cita y menos en ti mismo

Ser consciente de ti mismo en tu cita es sólo eso. Es ser consciente de ti mismo. Una gran habilidad para sentirte más cómodo es centrarte en tu cita, no en ti mismo. Esto parece simple pero hace un mundo de diferencia. Ayúdales a sentirse cómodos. Por ejemplo, asegúrate de que les gusta la comida, o la mesa. Presta atención a su experiencia.

Ansiedad en la primera citaMuchos clientes me han contado historias de malas primeras citas. La queja número uno es que la otra persona les habló «a» todo el tiempo. La segunda queja más común es que su cita hizo una larga serie de preguntas «al estilo de la integración». La tercera es el exceso de información personal. Mantenga la conversación al mismo nivel que lo haría al conocer a un nuevo amigo.

Lo más importante, escuche, escuche, escuche. Escuchar es una habilidad. Cuando escuchamos de verdad, hacemos que la otra persona se sienta especial y querida. Nos gusta la gente a la que le gustamos. También tendemos a juzgar a los demás no por lo que son, sino por lo que nos hacen sentir. «Eres un gran oyente», es siempre un comentario afectuoso. «Es fácil hablar contigo» es una frase imprescindible en las relaciones a largo plazo. Recuerda que tienes una boca pero dos oídos, así que intenta escuchar el doble de lo que hablas.

La conversación no debe ser una entrevista de trabajo. Deja que fluya lo más posible. Nunca debe ser una sesión de terapia. No compartas toda la historia de tu vida y no saques a relucir experiencias traumáticas o ex. Comparta algo sencillo como: «Los domingos por la mañana me gusta quedarme en la cama leyendo el periódico y haciendo el crucigrama. ¿Qué haces tú los domingos?». En este ejemplo, primero compartiste algo y luego les pediste que compartieran. Céntrate en las preguntas sobre el estilo de vida. Evita los temas candentes como la política.

La sencillez y la facilidad de la conversación trivial

«Cherry picking» es una habilidad conversacional que me encanta. Digamos que fue tu cita quien dijo: «Los domingos por la mañana me quedo en la cama leyendo el periódico y haciendo el crucigrama. ¿Qué haces tú los domingos?». Puedes responderle, y luego escoger los temas de su pregunta. Ahora podrías preguntar: «¿Qué otros juegos, además del crucigrama, te gustan?». «¿Qué periódico lees?» «¿Cuál es tu sección favorita?» Esta habilidad evita que la conversación se estanque en un silencio incómodo. Además, estos chismes te dan a ti o a tu cita una oportunidad para compartir una historia o una cosa favorita. Además, aunque suene a cháchara, saber algo como la fuente de noticias o la sección del periódico favorita de una persona puede decirte mucho sobre su interés y perspectiva.

Las primeras citas pueden dar miedo. Pero con la práctica se puede aprender a relajarse más y a tener una actitud positiva.

La pequeña charla está diseñada para que las personas se sientan cómodas con el otro lentamente. También permite que ambos miembros de la conversación controlen la profundidad. Si odias la small talk o no se te da bien, practica. La charla trivial puede convertirse fácilmente en una anécdota divertida de tu infancia o en una historia entrañable sobre tu mascota. Se necesita tiempo para conocer realmente a alguien. Tómate tu tiempo. Es sólo una primera cita.

¿Y si no les gustas? Esta pregunta no puede ser tu objetivo. Tu objetivo tiene que ser ayudarles a pasar un buen rato y pasarlo bien tú. Hay un millón de razones por las que alguien puede no querer una segunda cita que no tienen nada que ver contigo. Por eso nunca tenemos expectativas, pero sí una actitud positiva. Practicamos nuestra capacidad de escucha, nuestras habilidades de conversación y cómo centrarnos en nuestra cita y no en nosotros mismos. Por último, y lo más importante, ¡seguimos siendo valientes y practicamos, practicamos, practicamos!

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