Todos los detalles románticos de la boda de JFK y Jackie Kennedy
En lo que respecta a las bodas de sociedad, el matrimonio de John F. Kennedy con Jacqueline Lee Bouvier es realmente legendario. El futuro presidente conoció a la socialité en una cena mientras ella trabajaba como «Inquiring Camera Girl» del Washington Times-Herald poco después de graduarse en la Universidad George Washington en 1951. (¿Un hecho poco conocido? Ese mismo año, también ganó el concurso Prix de Paris de Vogue para jóvenes escritores, el mismo premio que le valió a Joan Didion su primer trabajo en la revista en 1956). La pareja salió discretamente durante dos años antes de que JFK, entonces senador de Massachusetts, le propusiera matrimonio poco después de que Jackie volviera de cubrir la coronación de la reina Isabel II en Londres. A continuación, repasa todos los detalles de la espectacular boda que tuvo lugar.
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© Bachrach
El anillo
El anillo de compromiso de Jackie Kennedy es uno de los más referenciados de la historia. El diseño art-deco de Van Cleef & Arpels incluía un diamante de 2,88 quilates y una esmeralda de 2,84 quilates, ambos de talla cuadrada y rodeados de baguettes de diamantes. En 1962, la entonces Primera Dama hizo modificar el anillo, incorporando también diamantes redondos y marquise. Para la boda en sí, Jackie también llevó un brazalete de diamantes y perlas, que le regaló JFK la noche anterior a la ceremonia como su «algo nuevo», así como un collar de perlas de la familia y un broche de hoja de diamante que le regalaron sus suegros.
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El grupo de la boda
El padrino del joven senador fue su hermano Robert F Kennedy, con otros 13 ujieres – a cada uno de los cuales les regaló un paraguas de Brooks Brothers con la fecha de la boda durante la cena de ensayo en el Seaside Clambake Club de Newport. Jackie, por su parte, tuvo a su hermana Lee Radziwill como madrina de honor, con otras 10 damas de honor, todas con vestidos de seda rosa y gorros Tudor a juego. Su padrastro, Hugh D Auchincloss, la entregó.
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La Ceremonia
Los Kennedy se casaron oficialmente en St Mary’s de Newport, Rhode Island, la mañana del 12 de septiembre de 1953, con la iglesia católica llena de gladiolos rosas y crisantemos blancos para la ocasión. El arzobispo de Boston celebró la ceremonia ante no menos de 800 invitados, leyendo una bendición especial del propio Papa Pío XII, mientras miles de fans esperaban fuera de la iglesia, con la esperanza de ver a los novios. Un tenor solista, Luigi Vena, interpretó el Ave María durante el servicio.
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El vestido de novia
Jackie recurrió a Ann Lowe, la pionera diseñadora afroamericana, para crear su vestido de novia de tafetán de seda color marfil, que incluía un escote retrato y una falda bouffant confeccionada con más de 50 yardas de tela. Además, optó por llevar el velo de encaje de punta de rosa de su abuela, sujeto por racimos de flores de azahar, y llevó un ramo de orquídeas rosas y blancas y gardenias.
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La Recepción
Después de la ceremonia, los novios viajaron con una escolta de motocicletas a la finca de 300 acres de la familia Auchincloss, Hammersmith Farm, donde los invitados bebieron champán y bailaron al ritmo de Meyer Davis y su orquesta con la bahía de Narragansett como telón de fondo. Según un reportero de Life enviado a cubrir el evento, «La boda del joven senador más guapo de Washington con la fotógrafa más guapa de Washington… resultó ser la más impresionante que el viejo bastión de la sociedad había visto en 30 años… Había 900 invitados en la recepción, y el senador y la señora Kennedy tardaron dos horas en darse la mano». ¿En cuanto a la gran salida de la pareja para su luna de miel en Acapulco, México? Los invitados bañaron a los novios con confeti de pétalos de rosa.
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El menú
JFK encargó una tarta de boda de cinco pisos en la pastelería familiar Plourdes de Massachusetts, que visitaba con frecuencia durante su campaña para el Senado en 1952, y cuyo producto final medía casi un metro de altura. El almuerzo nupcial también incluyó una ensalada de frutas servida en mitades de piña huecas; crema de pollo; y helado, tallado en forma de rosas, como postre.
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