¿Un niño cansado? Lo que debes saber

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Los niños suelen quejarse de estar cansados. Normalmente es por razones sencillas: porque es el final de un día ajetreado, o porque se quedaron despiertos hasta tarde la noche anterior, o porque intentan librarse de hacer algo que no quieren hacer. Cuando los niños están enfermos, suelen estar cansados y necesitan más descanso para mejorar. Pero cuando un niño se queja todo el tiempo, y la fatiga comienza a interponerse en las cosas que normalmente disfruta, podría ser una señal de un problema.

Aquí hay algunas posibles razones para la fatiga persistente en los niños:

• Problemas de sueño. Esto tiene sentido, obviamente, ya que si un niño no duerme lo suficiente, o lo suficientemente bien, estará cansado. Hay muchas formas en las que esto puede ocurrir, como:
  • Quedarse despierto más tarde de lo que debería para hacer los deberes o cualquier otra razón. Los niños necesitan dormir al menos de 8 a 10 horas por noche; si duermen menos, les pasa factura
  • Despertarse con frecuencia durante la noche, ya sea porque tienen un sueño ligero o por un trastorno del sueño
  • Apnea del sueño, o pausas en la respiración que se producen durante el sueño. La causa más común es el agrandamiento de las amígdalas o las adenoides, pero también hay otras causas.
  • Efectos secundarios de los medicamentos.Muchos medicamentos pueden causar somnolencia, incluidos los medicamentos comunes para la alergia.
  • Infecciones, como el virus de Epstein-Barr.Hay algunas infecciones que pueden hacer que los niños estén muy cansados, y algunas de ellas pueden durar semanas o meses.
  • Enfermedades crónicas, como el asma.Cuando las enfermedades crónicas están mal controladas, pueden causar fatiga. El motivo de la fatiga depende de la enfermedad. Por ejemplo, los niños con asma mal controlada pueden sentir una falta de aire frecuente, lo que les hace sentirse cansados. En el caso de algunas enfermedades, la sensación de cansancio puede ser el primer indicio de que algo va mal.
  • Los glóbulos rojos de la sangre transportan el oxígeno a las células del cuerpo. Cuando no hay suficientes, se produce la fatiga.
  • Cuando la glándula tiroides no produce suficiente hormona tiroidea, el metabolismo del cuerpo puede ralentizarse y hacer que la persona se sienta cansada.
  • Problemas cardíacos. Esto es muy raro en los niños, pero si el corazón es débil, puede causar fatiga.
  • Cáncer u otras enfermedades graves.Estos también son muy raros, pero sentirse cansado puede ser uno de los primeros síntomas.
  • Depresión, ansiedad u otros problemas de salud mental. Cuando la vida les resulta difícil a los niños, por el motivo que sea, pueden sentirlo y expresarlo como cansancio. Esto es mucho más común que muchas de las razones médicas mencionadas anteriormente.

  Así como los adultos pueden tener fatiga persistente sin ninguna razón médica clara, los niños también pueden. Los niños pueden sentirse tan cansados que tienen problemas para realizar actividades normales como el colegio, los deportes o jugar con los amigos.

  Qué hacer si tiene un niño cansado

  Si su hijo se queja de sentirse cansado todo el tiempo durante más de una o dos semanas, debe pedir una cita con su médico para que éste pueda:

  • Tome una historia muy cuidadosa de la fatiga y de cualquier síntoma asociado, y haga preguntas sobre todo lo que está pasando en la vida de su hijo, incluyendo los hábitos de sueño y cualquier cosa que pueda estar causando estrés o ansiedad
  • Haga un examen físico completo, mirando el peso y el crecimiento de su hijo y buscando cualquier anormalidad física
  • Haga cualquier prueba que pueda ser necesaria. Las pruebas dependerán de los síntomas de su hijo y de su examen físico, y podrían incluir análisis de sangre y de orina.
  • Decida si una visita a un psicólogo u otro profesional de la salud mental sería útil.

  La mayoría de las veces el motivo de la fatiga en los niños no es nada grave, y es muy tratable. Así que en lugar de preocuparse, o de pasar tiempo en Google, llame a la consulta de su médico y pida cita. Es la forma más rápida de averiguar lo que ocurre y hacer que tu hijo vuelva a sentirse bien.