8 formas geniales de motivarse para estudiar
La motivación para estudiar es una de las mayores luchas diarias para la mayoría de los estudiantes. Con las clases, las actividades extracurriculares y el trabajo, no es de extrañar que cuando encuentras una pizca de tiempo libre lo último que quieras hacer sea estudiar. Así que hemos elaborado una lista con nuestros 8 métodos infalibles sobre cómo motivarse para estudiar y mejorar tus hábitos de estudio.
Ponte metas
Si has leído nuestros otros consejos y trucos de estudio, seguro que nos has oído decir esto más de una vez, pero marcarte objetivos S.M.A.R.T es una de las formas más fáciles de aumentar tu motivación. Establecer objetivos a corto y a largo plazo te ayudará a no perder de vista el final. Asegúrate de que tus objetivos son realistas y desafiantes. Asegúrate de que los cumples y obtienes el máximo beneficio de ellos!
Consejo profesional: Coloca tus objetivos donde los veas todos los días. Es una gran manera de mantenerte atento a ellos y a tu progreso. Yo siempre me hacía un cartel para colgarlo en la estantería encima de mi escritorio con mi objetivo GPA para el semestre. Así tenía un recordatorio físico que mirar todos los días, y además conseguía hacer algo divertido!
«Un objetivo bien fijado se alcanza a medias». – Zig Ziglar
Crea tu espacio de estudio perfecto
Es increíble lo que el entorno que te rodea puede hacer por tu estado mental. Organizar tu escritorio para que todo lo que necesites esté al alcance de la mano es una buena manera de adelantarte a tu sesión de estudio. Si tu espacio de estudio es tu habitación, ¡recoge un poco! El acto de recoger tu desorden diario (todos tenemos al menos un poco) te ayudará a desordenar tu mente.
«No hay atajos para ningún lugar al que merezca la pena ir». – Beverly Sills
Establezca un horario
Establezca un horario de estudio (como un momento de la semana o del día). Es una gran manera de mantener la procrastinación fuera de tu vida diaria. Al reservar una cierta cantidad de tiempo, no sólo te asegurarás de tener suficiente tiempo para completar tus tareas y estudiar para tus exámenes, sino que también empezarás a hacer del estudio una parte normal de tu rutina diaria.
«Puedes retrasar, pero el tiempo no lo hará». – Benjamin Franklin
¡Sólo hazlo!
La parte más difícil de casi todo es empezar. Pero por mucho que odies las matemáticas o la historia o lavar los platos, no suele ser tan malo una vez que has empezado. Ponte como objetivo estudiar durante 15-20 minutos sin descanso. Después, fíjate en cómo te sientes cuando se acabe el tiempo. Lo más probable es que seas capaz de comprometerte con otros 15-20 minutos.
«La forma de empezar es dejar de hablar y empezar a hacer». – Walt Disney
Bombear la mermelada
Una forma bastante común de motivarse para el gimnasio es escuchar música que te motive. Pero, ¿sabías que funciona igual para estudiar? Pon algo que sepas que te impulsa y deja que alimente tu mentalidad antes de empezar tu sesión de estudio. A mí me gusta escuchar «Back In Black» de ACDC o «Rule The World» de Walk Off the Earth antes de pasar a mi lista de reproducción favorita para concentrarme.
¡Échale un vistazo a nuestro post sobre cómo la música (que se encuentra en Spotify) puede ayudar a tu sesión de estudio para ver más canciones increíbles para estudiar!
Date una charla de ánimo
Esto puede hacerte sentir tonto al principio, pero mirarte al espejo y hablarte a ti mismo puede ayudarte a sentirte motivado para completar cualquier tarea que tengas en tu lista de tareas. Prueba a empezar diciéndote a ti mismo tu objetivo para esta sesión de estudio. A continuación, trabaja para alcanzar tus objetivos a largo plazo. De paso, añade algunas cosas que te parezcan estupendas de ti mismo, como tu increíble gusto por las zapatillas de deporte o tus increíbles habilidades de repostería. No hay nada mejor que un impulso de confianza de un cumplido para ayudarte a entrar en el espacio mental correcto.
«No tienes que ser bueno para empezar… ¡sólo tienes que empezar a ser bueno!» – Joe Sabah
Recompénsate
Cada vez que marques uno de tus objetivos de estudio o hagas un avance en una asignatura difícil, ¡recompénsate! Regálate desde un donut hasta un dulce longboard nuevo dependiendo del objetivo. Es deprimente trabajar muy duro en algo y sentir que nadie sabe o aprecia todo el esfuerzo que estás haciendo. Recompénsate con una cena fuera o una visita al cine de cinco dólares. Es una gran manera de demostrarte a ti mismo algo de amor.
«La recompensa por el trabajo bien hecho es la oportunidad de hacer más». – Jonas Salk
Escribe lo bien que te sientes después
Esto puede sonar extraño, pero ¿sabes lo bien que te sientes cuando alcanzas un gran objetivo o terminas por fin ese gran trabajo? Anota lo bien que te sientes después de completar una tarea difícil. Es una gran motivación la próxima vez que te cueste empezar. Guarda un cuaderno en tu mochila y anota tus triunfos. ¡Así, cada vez que necesites un empujoncito extra, tendrás un cuaderno entero lleno de éxitos!
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