Antropofobia y fobia social: ¿cuál es la diferencia? : Blog
Conectar con los demás es un pilar fundamental del bienestar. Sin embargo, ciertos trastornos pueden privarnos de esta necesidad básica. Uno de estos trastornos es la a menudo incomprendida Antropofobia, o el miedo a la gente.
Se asemeja a la fobia social más común, la Antropofobia puede causar una reacción fóbica incluso cuando se está acompañado por una sola persona.
Las personas que experimentan Antropofobia pueden retraerse socialmente, comunicándose sólo por cartas, en línea o a través de mensajes de texto.
Antropofobia y fobia social – las diferencias
Mientras que la fobia social es un diagnóstico que incorpora una gama diversa de miedos sociales, incluyendo hablar en público o comer delante de la gente, la Antropofobia es diferente. En la Antropofobia, el miedo se basa en las propias personas, independientemente de la situación. Desde los familiares queridos hasta los desconocidos que viajan al trabajo, el enfermo percibe la misma amenaza.
Y con estas diferencias tan sutiles, el diagnóstico adecuado puede resultar problemático. Por ello, es vital buscar ayuda profesional.
Antropofobia – las causas
Como en todas las fobias, las experiencias previas pueden aumentar las posibilidades de sufrir antropofobia. Por ejemplo, si ha sufrido delitos violentos o abusos, puede ser más probable que desarrolle la afección.
Además, otras afecciones mentales o neurológicas podrían aumentar su riesgo. Los individuos del espectro autista, por ejemplo, pueden preferir estar solos. Si no se aborda con un equilibrio de soledad y habilidades sociales, podría surgir este miedo a la gente. Los individuos paranoicos, como los que padecen bipolaridad o esquizofrenia, también están en riesgo. Para algunos, sin embargo, no hay una causa tangible y la condición podría ocurrir en cualquier momento.
Antropofobia – los síntomas
- Sudoración y temblores
- Dificultades para respirar
- Pulso acelerado
- Dificultades para hablar
- Incapacidad para formular pensamientos coherentes
- Respuestas de lucha o huida, presentando una intensa necesidad de escapar
- Miedo a ser juzgado
- Problemas para dormir
- Problemas estomacales o dolores de cabeza, cuando se piensa en un evento inminente
Si no se trata, la antropofobia puede empeorar con el tiempo. Acudir a un terapeuta puede ayudarte a tomar el control
Antropofobia – tratamiento
La antropofobia responde positivamente a la terapia. Durante las sesiones, puede aprender a ser más positivo, erradicando esos pensamientos temerosos. El entrenamiento conductual, que incluye la desensibilización sistemática, en la que se expone gradualmente al paciente a desencadenantes más fuertes, también puede ayudar.
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