Asignación de activos
¿Qué es la asignación de activos?
La asignación de activos es una estrategia de inversión que pretende equilibrar el riesgo y la rentabilidad mediante el reparto de los activos de una cartera en función de los objetivos, la tolerancia al riesgo y el horizonte de inversión de una persona. Las tres principales clases de activos -acciones, renta fija y efectivo y equivalentes- tienen diferentes niveles de riesgo y rentabilidad, por lo que cada una se comportará de forma diferente a lo largo del tiempo.
Asignación estratégica de activos para reequilibrar las carteras
Por qué es importante la asignación de activos
No existe una fórmula sencilla que pueda encontrar la asignación de activos adecuada para cada persona. Sin embargo, el consenso entre la mayoría de los profesionales financieros es que la asignación de activos es una de las decisiones más importantes que toman los inversores. En otras palabras, la selección de valores individuales es secundaria con respecto a la forma en que se asignan los activos en acciones, bonos y efectivo y equivalentes, que serán los principales determinantes de sus resultados de inversión.
Los inversores pueden utilizar diferentes asignaciones de activos para diferentes objetivos. Alguien que está ahorrando para un coche nuevo en el próximo año, por ejemplo, podría invertir su fondo de ahorro para el coche en una mezcla muy conservadora de efectivo, certificados de depósito (CD) y bonos a corto plazo. Otra persona que ahorra para una jubilación que puede estar a décadas de distancia suele invertir la mayor parte de su cuenta de jubilación individual (IRA) en acciones, ya que tiene mucho tiempo para aguantar las fluctuaciones del mercado a corto plazo. La tolerancia al riesgo también es un factor clave. Alguien que no se sienta cómodo invirtiendo en acciones puede poner su dinero en una asignación más conservadora a pesar de tener un largo horizonte temporal.
Distribución de activos en función de la edad
En general, las acciones se recomiendan para periodos de tenencia de cinco años o más. El efectivo y las cuentas del mercado monetario son apropiados para objetivos de menos de un año. Los bonos se sitúan en un punto intermedio. En el pasado, los asesores financieros han recomendado restar la edad de un inversor de 100 para determinar cuánto debe invertirse en acciones. Por ejemplo, una persona de 40 años debería invertir el 60% en acciones. Las variaciones de la regla recomiendan restar la edad de 110 o 120, dado que la esperanza de vida media sigue creciendo. A medida que los individuos se acercan a la edad de jubilación, las carteras deberían moverse generalmente hacia una asignación de activos más conservadora para ayudar a proteger los activos que ya se han acumulado.
Lograr la asignación de activos a través de los fondos de ciclo de vida
Los fondos de inversión de asignación de activos, también conocidos como fondos de ciclo de vida, o de fecha objetivo, son un intento de proporcionar a los inversores estructuras de cartera que abordan la edad, el apetito por el riesgo y los objetivos de inversión de un inversor con una distribución adecuada de las clases de activos. Sin embargo, los críticos de este enfoque señalan que llegar a una solución estandarizada para asignar los activos de la cartera es problemático porque los inversores individuales requieren soluciones individuales.
El Vanguard Target Retirement 2030 Fund sería un ejemplo de fondo con fecha objetivo. A partir de 2018, el fondo tiene un horizonte temporal de 12 años hasta que el partícipe espera llegar a la jubilación. A 31 de enero de 2018, el fondo tiene una asignación de 71% de acciones y 29% de bonos. Hasta 2030, el fondo cambiará gradualmente a una mezcla más conservadora de 50/50, reflejando la necesidad del individuo de una mayor preservación del capital y menos riesgo. En los años siguientes, el fondo pasa a tener un 67% de bonos y un 33% de acciones.