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Cálculos de las glándulas salivales

¿Qué son los cálculos de las glándulas salivales?

Las principales glándulas salivales son la parótida (a ambos lados de la cara), la submandibular (bajo la mandíbula) y la sublingual (bajo la lengua). Estas glándulas producen principalmente saliva para ayudar a la digestión de los alimentos. La saliva drena en el fondo de la boca, junto a los dientes superiores, y bajo la lengua a través de los conductos salivales. La obstrucción de estos conductos por cálculos calcificados se denomina sialolitiasis. La mayoría de los cálculos están formados por sustancias químicas denominadas fosfato de calcio y carbonato de calcio mezcladas con restos celulares y mucosidad. La sialolitiasis suele afectar a personas de entre 50 y 80 años.

Los cálculos de las glándulas salivales afectan a los conductos de la glándula submandibular en casi el 80% de los casos, a la glándula parótida en el 14% y a la glándula sublingual en el 6%. Los cálculos en las glándulas submandibulares son grandes y suelen presentarse como un solo cálculo en comparación con los cálculos en la glándula parótida.

¿Qué causa los cálculos en las glándulas salivales?

La causa es desconocida. No es contagiosa ni se transmite de padres a hijos.

¿Cuáles son los síntomas de los cálculos de las glándulas salivales?

Los principales síntomas son dolor e hinchazón en la mejilla y debajo de la lengua. El dolor empeora durante y después de comer. Otros síntomas son la hinchazón y la sensibilidad de la glándula salival. Si la glándula se infecta, puede aparecer fiebre y un aumento del dolor.

¿Cómo se diagnostican los cálculos de las glándulas salivales?

El médico suele hacer un diagnóstico a partir de los síntomas y de una exploración física. Los síntomas tienden a aparecer y desaparecer. Estos ataques dolorosos periódicos pueden denominarse cólicos salivales. A veces, el cálculo puede palparse con la mano que lo examina. Si el médico palpa una masa inflamada, se puede realizar una tomografía computarizada (TC) para ver la masa y descartar otras causas, como tumores, abscesos dentales, ganglios linfáticos inflamados, linfoma, sarcoidosis y sialadenitis (infección de las glándulas salivales). En raras ocasiones, se pueden tomar radiografías de la glándula (sialografía), tras inyectar un colorante en el conducto para confirmar el diagnóstico. El médico también puede solicitar análisis de sangre.

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