Diagnóstico de las infecciones por micobacterias no tuberculosas
Las micobacterias no tuberculosas son un tipo de bacterias que se encuentran en el agua y el suelo. Estas bacterias suelen ser inofensivas. Sin embargo, cuando entran en el cuerpo, pueden causar lesiones en la piel, infecciones en los tejidos blandos y graves problemas pulmonares.
Los médicos del NYU Langone ofrecen un enfoque de equipo para el diagnóstico y la atención, que puede incluir un neumólogo, o especialista en pulmones, un especialista en enfermedades infecciosas, un radiólogo de tórax y un terapeuta cardiopulmonar.
Hay más de 25 especies diferentes de micobacterias que causan infecciones por micobacterias no tuberculosas. Una de las más comunes es Mycobacterium avium, que puede causar síntomas similares a los de la tuberculosis, como tos, fiebre, fatiga y pérdida de peso. Otra es el Mycobacterium abscessus, que puede provocar daños en los pulmones e infecciones en la piel y los tejidos blandos, que incluyen cartílagos, tendones y las capas de grasa y músculo que hay debajo de la piel.
La enfermedad de la tuberculosis está causada por una cepa diferente de la misma amplia familia de bacterias. Sin embargo, mientras que la tuberculosis se transmite de persona a persona, las infecciones por micobacterias no tuberculosas de cualquier tipo no son contagiosas.
Puede desarrollar una infección por micobacterias no tuberculosas si bebe agua contaminada. Las bacterias también pueden entrar en el cuerpo a través de una rotura en la piel, como una herida punzante que se contamina con agua o tierra. La inhalación de las bacterias también supone un riesgo de infección.
No todas las personas expuestas a las micobacterias desarrollan una infección. No se sabe por qué la infección se produce en algunas personas y no en otras, pero los científicos creen que los que enferman pueden tener a veces una afección pulmonar subyacente, como bronquiectasias; u otro problema del sistema inmunitario que les hace vulnerables a la infección.
Las personas con enfermedad de reflujo gastroesofágico, o ERGE, que inhalan accidentalmente agua contaminada con micobacterias no tuberculosas pueden desarrollar una infección pulmonar relacionada con las micobacterias no tuberculosas. Las personas con tejido pulmonar o vías respiratorias dañadas por afecciones como el enfisema o la fibrosis quística, o una infección previa por tuberculosis, también tienen un mayor riesgo.
Signos y síntomas
Diagnosticar las infecciones por micobacterias no tuberculosas puede ser difícil porque los síntomas se parecen a los asociados a otras afecciones pulmonares, como la bronquitis crónica. Los síntomas pueden incluir una tos que produce esputo o sangre, fiebre, fatiga, pérdida de peso y sudores nocturnos.
Los síntomas cutáneos pueden incluir ulceraciones visibles, llagas abiertas, erupciones rojas o forúnculos. Si el tejido blando está infectado, puede presentar lesiones o ulceraciones que rezuman pus.
Las infecciones de tejidos blandos suelen limitarse a la piel y son visibles a simple vista. Sin embargo, en las personas inmunodeprimidas, como las personas con VIH y SIDA o las que se han sometido recientemente a un trasplante de órganos, el tejido interno, como el bazo o la pared intestinal, puede estar implicado y puede requerir imágenes radiográficas para determinar el alcance de la infección.
Pruebas de diagnóstico
Los médicos del NYU Langone primero hacen una historia clínica y realizan un examen físico. Su médico puede querer saber si usted es un ávido jardinero, o si frecuenta jacuzzis o salas de vapor donde estos organismos pueden ser más comunes. Sus antecedentes familiares de enfermedad pulmonar también son importantes.
Se suelen utilizar varias pruebas para diagnosticar las infecciones por micobacterias no tuberculosas.
Exploración por TC
Una exploración por TC utiliza rayos X y un ordenador para crear imágenes tridimensionales y transversales del cuerpo. Una tomografía computarizada de los pulmones puede ayudar al médico a identificar una infección actual, una infección anterior que pueda haber causado daños en los tejidos u otras afecciones que puedan haberle puesto en riesgo de sufrir una infección por micobacterias no tuberculosas. Una tomografía computarizada puede identificar áreas de vías respiratorias dilatadas, vías respiratorias engrosadas y nódulos pulmonares, que pueden ser signos de una enfermedad pulmonar temprana o avanzada.
Cultivo de esputo
Nuestros médicos analizan el esputo de una persona -la mucosidad que se expulsa de los pulmones- para detectar la presencia de micobacterias. Un microbiólogo coloca el esputo en un plato especial y lo observa para ver si crece alguna micobacteria. A menudo son necesarios varios cultivos o pruebas de esputo. Una prueba positiva no siempre significa que la infección esté presente, por lo que los médicos utilizan varios cultivos para confirmar el diagnóstico.
Broncoscopia
La broncoscopia es una prueba que permite al médico observar el interior de las vías respiratorias de los pulmones y tomar muestras de moco o tejido pulmonar para analizarlas en busca de signos de una infección por micobacterias. Durante la prueba, el médico introduce un tubo fino y flexible llamado broncoscopio en la nariz o la boca, y luego lo pasa por la garganta hasta las vías respiratorias. El broncoscopio tiene una luz y una pequeña cámara que permiten al médico ver las vías respiratorias y tomar fotografías. Este procedimiento suele utilizarse con una sedación suave para ayudarle a relajarse, pero también puede realizarse con anestesia general.
La broncoscopia permite al médico identificar una infección y descartar otros problemas pulmonares, como un tumor o un exceso de mucosidad en las vías respiratorias. Durante el procedimiento, el médico puede tomar muestras de moco o de tejido pulmonar para analizarlas en busca de signos de una infección por micobacterias.
Examen respiratorio
Durante este examen, un médico revisa su historial médico y le pregunta si ha tenido algún síntoma o enfermedad respiratoria. El médico observa su respiración y escucha con un estetoscopio cualquier sonido inusual, como sibilancias o crepitaciones. También puede palpar o dar golpecitos en el pecho para ver si algunas zonas de los pulmones funcionan mejor que otras.
Espirometría
La espirometría mide la cantidad y la rapidez con la que una persona puede expulsar el aire de los pulmones respirando en un aparato llamado espirómetro. Los médicos también pueden medir los volúmenes pulmonares y lo bien que se utiliza el oxígeno. Los médicos pueden utilizar la espirometría para comprobar si hay signos de daño pulmonar por una infección por micobacterias no tuberculosas, y pueden repetirlas para ver cómo está respondiendo al tratamiento.
Pruebas de ejercicio
Los médicos controlan la distancia que puede caminar en seis minutos, normalmente en una cinta de correr, y el nivel de oxígeno que tiene en reposo y mientras camina. Esta prueba se utiliza para medir la función pulmonar general. Si la función pulmonar parece comprometida, el médico puede administrarle oxígeno suplementario.
Biopsia de tejido
Si una persona tiene una infección en la piel o en los tejidos blandos, el médico puede drenar el pus o tomar una muestra de la piel y enviarla al laboratorio para identificar el tipo de micobacteria que está causando la infección.