Este pequeño gato es el más mortífero del mundo. La miniserie ‘Super Cats’ te muestra por qué

El gato africano de patas negras, que sólo mide entre 20 y 30 centímetros, parece una versión pequeña del típico gato atigrado del barrio. Pero aunque este felino moteado es inequívocamente adorable, bajo su encantadora apariencia se esconde un feroz y hábil asesino.

Felis nigripes, como se denomina formalmente al felino de patas negras, es, de hecho, el gato más pequeño de África. Para darle una perspectiva a esta estadística, el gato de patas negras, que pesa una media de 2,4 a 4,2 libras, pesa aproximadamente 200 veces menos que un león típico. Sin embargo, no se deje engañar por su recatada estatura: la especie es también la más mortífera de todos los felinos del mundo, capturando más presas en una sola noche que un leopardo en seis meses.

Como informa Mindy Weisberger de Live Science, las habilidades del gato fueron presentadas en la miniserie de PBS Nature «Super Cats», que destacó al diminuto depredador en una entrega de Halloween convenientemente espeluznante.

El productor Gavin Boyland cuenta a Weisberger que los realizadores trabajaron con el conservador del zoológico de Colonia Alexander Sliwa para conseguir imágenes del escurridizo felino. A diferencia de los grandes felinos, el gato de patas negras tiende a desaparecer entre las altas hierbas de la sabana africana, lo que hace que sus hazañas sean difíciles de rastrear con la cámara. Por suerte, el zoo había equipado previamente a varios gatos de Sudáfrica con collares de radio, lo que permitió al equipo detectar sus cacerías nocturnas con la ayuda de una avanzada cámara sensible a la luz.

El segmento en sí se centra en una gata llamada Gyra. El narrador F. Murray Abraham explica que la excelente visión nocturna y el oído de la gata convierten «casi todo lo que se mueve… en una comida potencial»

En el segmento, Gyra acecha inicialmente una langosta, pero pronto la abandona por una presa más fuerte: un jerbo de cola corta. Con los ojos bien abiertos y la espalda ligeramente arqueada, se escabulle hacia delante y se abalanza sobre él. Para su desgracia, el jerbo se escapa, dejando a Gyra en posición de vigilancia. Sin embargo, pronto sus orejas se agudizan y sus ojos se dilatan al detectar una nueva comida. De nuevo en movimiento, mete las piernas, bajando lo más posible al suelo antes de saltar repentinamente en modo de ataque. La cámara se aleja para mostrar un ave moribunda, con sus alas sujetas entre las poderosas mandíbulas de Gyra. Ella se encuentra con la mirada de la cámara de frente, los ojos sin parpadear brillan en la oscuridad.

Según la Lista Roja de especies amenazadas de la UICN de 2016, el gato de patas negras es «vulnerable», lo que significa que corre un alto riesgo de estar en peligro en la naturaleza. Actualmente, la especie solo se encuentra en Botsuana, Namibia y Sudáfrica.

Increíblemente, investigaciones anteriores han demostrado que la tasa de éxito de depredación del gato de patas negras es del 60 por ciento. En comparación, los leones sólo consiguen atrapar a sus víctimas entre el 20 y el 25 por ciento de las veces.

Luke Hunter, jefe de conservación de la organización Panthera, centrada en los felinos, explica a Weisberger que el gato de patas negras, que mata una media de 10 a 14 roedores o pequeñas aves cada noche, tiene un metabolismo acelerado que le obliga a cazar casi sin parar.

Para atrapar a sus presas, las criaturas recurren a un banco de tres técnicas diferentes: La «caza rápida», es decir, saltar entre la hierba alta y ahuyentar a los pájaros y roedores; la «caza tranquila», es decir, acechar la madriguera de un roedor y abalanzarse sobre él una vez que aparece; y una versión ralentizada de la caza rápida en la que los gatos se acercan sigilosamente a sus víctimas.

«Si eres una gacela o un ñu, un gato de patas negras no es en absoluto mortal», concluye Hunter. «Pero esas tasas de éxito los convierten en el pequeño gato más mortífero de la Tierra»