La esposa de Pablo Escobar pide perdón a Colombia por el narco y dice que la obligó a abortar a los 14 años
La viuda del narcotraficante colombiano Pablo Escobar compartió detalles sobre su vida junto a uno de los criminales más peligrosos del mundo 25 años después de su desaparición, desde que se enamoró de él cuando era una adolescente hasta el día en que la obligó a abortar a los 14 años.
Esta semana, María Victoria Henao ha anunciado la publicación de su libro Mi vida y mi cárcel con Pablo Escobar, en el que explica cómo fue víctima de la violencia desenfrenada que asoló Colombia durante casi una década. En el epílogo de su libro, Henao escribió que se sintió «paralizada» por el miedo cuando intimó con Escobar por primera vez. «No estaba preparada, no sentía malicia sexual, no tenía las herramientas necesarias para entender lo que significaba ese contacto íntimo e intenso», dijo, según Associated Press.
Continuó diciendo que Escobar la llevó a una clínica destartalada donde la colocaron en una camilla, mientras una mujer mayor comenzaba a insertarle tubos de plástico en el útero, relató Associated Press. Henao señaló que sí sabía que estaba embarazada y que tuvo que lidiar con «hemorragias y dolores intensos». Además, ocultó su secreto a sus propios hijos hasta el día de hoy.
«Tuve que conectarme con mi historia y sumergirme en lo más profundo de mi alma, para encontrar el valor de revelar el triste secreto que he albergado durante 44 años», dijo Henao.
En su libro de 523 páginas, describió la historia de Escobar, que se hizo rico, y cómo la cortejó con regalos y baladas románticas cuando ella tenía 15 años. «Me hizo sentir como una princesa de cuento y estaba convencida de que era mi príncipe azul», escribió. Sin embargo, a medida que Escobar fue adquiriendo poder y una gran fortuna, se volvió paranoico y manipulador, dijo.
Henao afirmó que la mantenían continuamente a oscuras mientras su marido aumentaba la producción de cocaína. Escobar emprendió una guerra contra el Estado colombiano tras el asesinato en 1984 del ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla, que había revelado los enormes laboratorios de cocaína del cártel de Medellín en las selvas de Colombia y su papel en el comercio internacional de drogas. A lo largo de los años ochenta y principios de los noventa, Escobar había ordenado los crímenes más espeluznantes de la historia reciente de Colombia, como el asesinato del candidato presidencial Luis Carlos Galán, el asesinato de cientos de policías y la voladura de un avión comercial mientras sobrevolaba las afueras de Bogotá.
El famoso lema de Escobar, «prefiero una tumba en Colombia que una celda en Estados Unidos» resultó ser una profecía. Su vida terminó en 1993 cuando un grupo de oficiales colombianos respaldados por Estados Unidos lo mató a tiros en una azotea de Medellín. Temiendo por su vida a manos de antiguos socios de Escobar, Henao y sus hijos buscaron asilo en Argentina, donde viven desde la muerte de Escobar.
En una entrevista exclusiva concedida el miércoles a la emisora colombiana W Radio, Henao pidió perdón por el reinado de terror de Escobar en la nación sudamericana. «Pido perdón por lo que hice en mi juventud», dijo, añadiendo que no estaba involucrada en los negocios de su marido. «Siempre me enfrenté a él. No tenía una vida tan buena…. Mi vida era ser ama de casa, mi papel era proteger a mis hijos»
No es la primera vez que un miembro de la familia Escobar da detalles de su vida. El hijo de Escobar, Sebastián Marroquín, cuyo nombre de nacimiento era Juan Pablo Escobar, estrenó en 2009 el documental Pecados de mi padre, en el que intentaba reconciliarse con los hijos de Bonilla y Galán, los políticos que Escobar mandó a matar. En 2014, Marroquín también publicó un libro titulado Pablo Escobar, mi padre, en el que describía cómo el barón de la droga podía ser un criminal tan despiadado pero un padre cariñoso al mismo tiempo.