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La prueba definitiva de las relaciones tóxicas

¿Qué ocurre en tu relación cuando tienes éxito?

En una relación de pareja con problemas, descubrirás que tu éxito, cualquier éxito es un problema. Tus sueños y objetivos no son apoyados. Cuando intentas perseguir tus ambiciones, te hacen sentir culpable por no priorizar la relación en todo momento. Lo que quieres lograr es visto como algo que le quita a la relación, no que le agrega.

Cuando tienes un éxito importante, encuentran la manera de menospreciarlo. De alguna manera, debes sentirte culpable por querer cualquier otra cosa de la vida que no sea estar en la relación. La razón es simple, las parejas tóxicas te prefieren cuando eres débil y pequeño. Tu éxito amenaza la relación desde su perspectiva. Ya no me quieres.

Si te sientes culpable por conseguir algo en tu vida, únicamente para ti, el problema es tu relación, no tú. Aplazar tus sueños para hacer feliz a otra persona terminará en desastre, siempre.

¿Siempre eres tú el problema?

Todo, incluso las condiciones más normales de la vida son de alguna manera tu culpa. No asumen ninguna responsabilidad cuando las cosas van mal. No hay un sentido compartido del problema. Todo recae sobre ti, todo el tiempo.

Cualquier muestra de fuerza o independencia es recibida con quejas. Pero el verdadero origen del problema es que tu pareja se siente amenazada por tu crecimiento. Así que su modus operandi es menospreciarte. Tu debilidad es su fuerza. Cuando te sientes mal, pueden manipular su propia ventaja. Es una sensación de poder inauténtica en la relación y en su vida. Y tú sólo eres un peón en su juego.

El verdadero peligro aquí es que el entorno lo es todo. Tus circunstancias en la vida son un resultado directo de las personas que te rodean. No importa lo seguro que seas de ti mismo, lo que más te afectará será tu relación principal. No hay mayor factor que determine el curso de tu vida que con quién eliges pasar tu tiempo. Las relaciones tóxicas erosionarán tu confianza en ti mismo y dañarán tu capacidad para tomar decisiones claras en tu propio interés.

¿Estás caminando sobre cáscaras de huevo?

Nunca podrás elegir tus palabras con suficiente cuidado. Pedir lo que necesitas en la relación, solicitar un cambio de cualquier tipo es recibido con agresividad. Hasta la más sencilla de las conversaciones puede convertirse en una sesión de discusiones.

Como nunca sale bien, dejas de sacar el tema. No vale la pena. Al final, te encuentras esperando el día perfecto, el momento perfecto para compartir algo importante para ti, pero nunca funciona. Así que la conversación se atenúa. Las esperanzas y los sueños quedan fuera de juego y la vida se convierte en hablar de una larga ristra de temas inofensivos y mundanos.

¿Para qué hablar? No le importa lo que estoy haciendo o se enfurecerá por ello. Es una situación en la que todos pierden.

¿Cómo se siente cuando se pelean?

Cuando usted y su pareja no están de acuerdo, ¿siente que está llegando al fondo del asunto y tratando de llegar a un compromiso?

Si le dice a su marido, oye, me molesta mucho cuando dejas los platos al lado del fregadero. Puedes ponerlos en el lavavajillas? Él responde con, sí bueno tú nunca sacas la basura. Siempre tengo que hacerlo yo. El problema de este intercambio es que tu pareja no está intentando apoyarte. Está tratando de hacerte sentir mal por hacerle sentir mal a él. Está escalando intencionadamente un asunto que puede resolverse tan fácilmente.

No importa si el problema es grande o pequeño. Es una forma de relacionarse basada en la defensiva y la agresividad. Es una mala dinámica. No es amable. Y en el fondo, erosiona la confianza.

Si estás pensando que no nos peleamos, remite al número 3. No discutir nunca es poco realista en las relaciones. No se trata de que te pelees, se trata de cómo te peleas. No podemos esperar razonablemente que dos seres humanos pasen su vida juntos y nunca experimenten conflictos. Si dejas de discutir, has dejado de resolver el conflicto, o incluso de sacarlo a relucir, lo cual es su propia marca de toxicidad. Incluso en los momentos de desacuerdo, las relaciones sanas te hacen sentir que tu pareja te cubre la espalda.

Para llegar a un lugar más sano y productivo, tenemos que abandonar nuestro miedo al conflicto, la agitación y la resistencia. -Dr. John Gottman

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