¿Lloran realmente los cocodrilos?
El término lágrimas de cocodrilo se refiere a la tristeza fingida o insincera. Este término tiene una etimología que se remonta a varios siglos atrás. Ya en el siglo IV se hace referencia a las lágrimas de cocodrilo en la literatura como metáfora de la tristeza fingida. Al parecer, la fábula cuenta que los cocodrilos lloran mientras se comen a sus presas porque están tristes; sin embargo, esta tristeza es falsa.
El término lágrimas de cocodrilo se hizo muy popular después de que se documentara en un libro del siglo XV titulado, The Voyage and Travel of Sir John Mandeville, Knight. Un pasaje del libro dice: «En ese país hay una abundancia general de cocodrilos… Estas serpientes matan a los hombres y se los comen llorando».
Como ya sabrás, a los cocodrilos les sientan mal pocas cosas… especialmente alimentarse. Sin embargo, la premisa de la metáfora del cocodrilo-lágrimas puede ser cierta. En otras palabras, la observación de que los caimanes, cocodrilos y otros cocodrilos lloran es aparentemente cierta.
En un artículo de 2007 publicado en BioScience y titulado «Crocodile Tears: And thei eten hem wepynge» («Lágrimas de cocodrilo: Y se las comen llorando»), los investigadores observaron a 7 cocodrilos en cautividad durante el tiempo de alimentación en una reserva (4 caimanes y 3 caimanes americanos). Los investigadores observaron a los cocodrilos fuera del agua en los puestos de alimentación para comprobar mejor si se desarrollaba el lagrimeo.
Cinco de los 7 cocodrilos desarrollaron burbujeo o humedad en sus ojos antes, durante o después de alimentarse. Los investigadores sugieren que estas lágrimas de cocodrilo se producen porque un cocodrilo sisea y resopla mientras come, y este siseo fuerza el aire a través de los senos paranasales y hacia fuera del ojo, en el proceso de recoger las secreciones nasolacrimales.
En los seres humanos, las lágrimas de cocodrilo (lagrimeo paradójico) es una condición médica que hace que una persona lagrimee mientras come. Las lágrimas de cocodrilo suelen producirse como una complicación de la parálisis de Bell; la parálisis de Bell es una parálisis facial temporal debida al daño del nervio facial. En concreto, cuando el nervio facial se regenera tras la parálisis de Bell, lo hace de forma incorrecta, lo que provoca desgarros durante la masticación. Las lágrimas de cocodrilo se tratan con una inyección de toxina botulínica administrada en la glándula lagrimal.