Montes de los Cárpatos
Geología
Los Cárpatos se extienden en un sistema geológico de cordilleras estructurales paralelas. Los Cárpatos Exteriores -cuyas rocas están compuestas de flysch- se extienden desde cerca de Viena, a través de Moravia, a lo largo de la frontera polaco-checa-eslovaca, y a través del oeste de Ucrania hasta Rumanía, terminando en una abrupta curva del arco de los Cárpatos al norte de Bucarest. En este segmento de las montañas se pueden distinguir varias unidades estructurales de gran tamaño con carácter de napa (vastas masas de roca empujadas y plegadas unas sobre otras). En la parte oriental de los Cárpatos Exteriores esta franja está formada por el Napo de Skole, y en la parte occidental por el Napo de Silesia, ambos divididos por la depresión longitudinal de los Cárpatos centrales. Sobre el Napo de Silesia se encuentra el Napo de Magura, cuyos homólogos en el este son los Napos de Chernogora (Chornohora) y de Tarcău.
Los Cárpatos interiores están formados por varios bloques separados. En el oeste se encuentra el bloque de Eslovaquia Central; en el sureste, el bloque de los Cárpatos Orientales y el bloque de los Cárpatos del Sur, que incluye el Banato y el bloque de Serbia Oriental. El aislado macizo de Bihor, en los montes Apuseni de Rumanía, ocupa el centro del arco de los Cárpatos. Entre las formaciones que construyen estos bloques se encuentran antiguos núcleos cristalinos y metamórficos sobre los que se han superpuesto rocas sedimentarias más jóvenes -en su mayoría calizas y dolomías de la Era Mesozoica (hace entre 250 y 65 millones de años)-.
La tercera y más interna cordillera está construida con rocas volcánicas formadas hace menos de 50 millones de años, que difieren en extensión en las secciones occidental y oriental de los Cárpatos. En la primera se extienden en forma de arco encerrando, al sur y al este, el Bloque Central de Eslovaquia; en la segunda discurren en una línea prácticamente recta de noroeste a sureste, siguiendo la línea de una dislocación tectónica, o zona de rotura de la corteza terrestre, paralela a esta parte de las montañas. Entre esta cordillera volcánica y el bloque de los Cárpatos del Sur, se extiende la meseta de Transilvania, repleta de formaciones rocosas sueltas de la Era Cenozoica (es decir, los últimos 65 millones de años.
El Bloque de Eslovaquia Central está desmembrado por una serie de cuencas menores en grupos montañosos separados construidos con rocas más antiguas, mientras que las cuencas han sido rellenadas con rocas cenozoicas.
En Rumanía, los movimientos orogénicos, o de construcción de montañas, tuvieron lugar a lo largo del flanco exterior de los Cárpatos hasta hace menos de 10 millones de años, produciendo pliegues y levantamientos de las rocas sedimentarias de la depresión subcarpática; el resultado fue la formación de una cordillera relativamente más baja llamada subcarpatos, contigua a los verdaderos Cárpatos.
Las formas de relieve de los Cárpatos se han desarrollado, en su mayoría, durante la Era Cenozoica. En los Cárpatos interiores, donde los movimientos de plegado terminaron en la época del Cretácico Superior (hace entre 100 y 65 millones de años), han sobrevivido rastros locales de formas terrestres cenozoicas más antiguas. Los movimientos orogénicos posteriores levantaron repetidamente esta cadena montañosa plegada, dejando un legado de formas de relieve fragmentarias de cima plana situadas a diferentes altitudes y valles de brecha profundamente incisos, que a menudo diseccionan las cordilleras. Así, por ejemplo, se desarrollaron los tramos de brecha del Danubio y de algunos de sus afluentes: el Váh, el Hernád y el Olt.
La última Edad de Hielo sólo afectó a las partes más altas de los Cárpatos, y los glaciares nunca superaron los 16 kilómetros de longitud, incluso en los Tatras, donde la línea de nieve permanente discurría a 1.500 metros sobre el nivel del mar.