Pedro Knight
Knight era un trompetista de formación y un músico «poderosamente expresivo», según Sue Stewart de The Guardian. A los 23 años, se unió a la banda de conjunto afrocubano de La Habana, La Sonora Matancera («el sonido de Matanzas», un puerto con una gran población negra), que producía una música de baile muy rítmica con raíces en los estilos tradicionales africanos del son y la guaracha, revividos décadas después por el Buena Vista Social Club. La clave del sonido del grupo se basaba en trompetas, percusión, guitarra cubana, contrabajo, voces y piano. En aquella época, La Habana se estaba convirtiendo en uno de los lugares musicales más populares del mundo. En la década de 1950, los sofisticados arreglos y las actuaciones radiofónicas en directo del grupo se habían convertido en parte de la edad de oro de la música cubana, habiendo aparecido junto a cantantes estadounidenses como Nat King Cole y Sarah Vaughan.
En 1950, el líder de la banda, Rogelio Martínez, invitó a Celia Cruz, que había ganado popularidad por sus actuaciones en la radio y por romper la barrera del color con el sexy acto de canto y baile Las Mulatas de Fuego en el Tropicana, a unirse a la banda. A lo largo de seis o siete años, ella y Knight se hicieron poco a poco buenos amigos, aunque ella se resistió a sus insinuaciones románticas porque temía que una relación con Knight, del que sabía que disfrutaba de relaciones casuales con mujeres y que tenía cinco hijos en ese momento, no funcionara.
En julio de 1960, un año y medio después de la llegada de Fidel Castro al poder, la Sonora Matancera se fue a Ciudad de México para aceptar un contrato de gira de dos años, pero Martínez anunció durante una entrevista radiofónica que no tenía intención de volver a Cuba, postura a la que se sumó el resto de la banda. Después de 18 meses, la banda aceptó un contrato de larga duración en el Hollywood Palladium de Los Ángeles, que les daba derecho a residencias en Estados Unidos. Para entonces, Cruz se enamoró de Knight, y la pareja se trasladó a Nueva York, donde se casaron el 14 de julio de 1962, después de que Knight abandonara su propia música para convertirse en el mánager de Cruz, y la pareja fue inseparable. Al comentar su relación, Cruz dijo: «Pedro es mi 50%. Yo soy el que canta, pero él se encarga de todo lo demás»
En 1963, tras la presión de la discográfica de salsa de Nueva York, Fania, Knight aceptó que Cruz produjera el álbum Celia y Johnny con el músico y productor Johnny Pacheco, lo que dio comienzo a una amistad de por vida entre los colaboradores, y a un éxito continuado para Cruz, que incluyó giras por seis continentes para la banda en las décadas de 1970 y 1980. A mediados de la década de 1990, Cruz era una estrella internacional, e incorporó a Knight a sus actuaciones, abrazándolo a ella y refiriéndose a él como Mi cabecita de algodon por su halo de pelo blanco como la nieve, y sus chuletas blancas. Sin embargo, en su casa de Queens (Nueva York) y más tarde en Fort Lee (Nueva Jersey), Cruz dijo que era una esposa latina convencional, que hacía recados como cocinar para él.
A principios de 2005, asistió a la inauguración de una exposición dedicada a Cruz en el Museo Smithsonian de Washington. Trabajó en una biografía y en la publicación de un CD, pero las complicaciones derivadas de años de diabetes empezaron a hacer mella en Knight, empezando por un leve derrame cerebral y luego otro ataque más grave en febrero de 2006, cuyos efectos se vieron agravados por las disputas familiares sobre la fortuna de Cruz, aunque las demandas se retirarían debido a la demencia de Knight.