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Resfriados, gripe, alergias y sus oídos

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Familia en el exterior

Los resfriados, la gripe y las alergias tienen síntomas similares: estornudos, tos, nariz congestionada, ojos llorosos y con picor y una sensación general de malestar. Pero ¿sabías que tus oídos también pueden verse afectados? Los resfriados, la gripe y las alergias pueden provocar una disminución de la audición y una sensación de taponamiento o «llenado» de los oídos. Aunque es algo molesto, suele ser una afección temporal.

Las partes del oído

Tus oídos son pequeñas y maravillosas «máquinas» con tres partes que contribuyen no sólo a la audición, sino también al equilibrio. El oído externo, el oído medio y el oído interno pueden verse afectados por enfermedades y alergias.

El oído externo es la parte exterior de tu oído y el canal auditivo. Cuando está enfermo, puede hincharse o enrojecerse. Una infección se produce con mayor frecuencia en el oído medio, la ubicación de la trompa de Eustaquio. Esta parte del oído es como una válvula de liberación de presión, una especie de tubo de drenaje. Cuando está obstruida por la mucosidad, la presión se acumula y resulta difícil oír. El oído interno está lleno de líquido y se llama laberinto. También puede infectarse, lo que provoca mareos, zumbidos en el oído o pérdida de equilibrio.

Alergias, virus y audición

Las alergias y los resfriados son los más propensos a causar una infección del oído medio, también conocida como otitis media. Tras unos días de congestión o secreción nasal, el revestimiento del oído medio se irrita. Esto puede obstruir la trompa de Eustaquio, lo que puede provocar una sensación de estallido en los oídos, plenitud o congestión. A veces esta obstrucción da lugar a una pérdida temporal de la audición, denominada pérdida auditiva conductiva. Suele resolverse por sí sola una vez que el resfriado o la alergia desaparecen.

La gripe también puede provocar una pérdida auditiva conductiva debido a la congestión. Esto también suele resolverse por sí solo. Sin embargo, la gripe también puede causar un problema auditivo más grave conocido como pérdida auditiva neurosensorial. Esto ocurre cuando los nervios del oído interno que transmiten las señales sonoras al cerebro están dañados. Se produce cuando el virus de la gripe ataca el oído interno. La pérdida auditiva neurosensorial puede ser permanente si no se trata rápidamente, normalmente en dos días. Sin embargo, es difícil de diagnosticar, por lo que si tiene gripe y experimenta una pérdida repentina de la audición, acuda a su médico lo antes posible.

Tratamientos para resfriados y alergias

Los antihistamínicos y descongestionantes pueden ayudar a reducir la presión del oído y la sensación de plenitud. A veces, una compresa caliente ayuda. Si hay una infección, el médico recetará un antibiótico. Los analgésicos de venta libre pueden aliviar los dolores de oído.

Debido a que los oídos, la nariz y la garganta están estrechamente conectados, un problema en una zona suele llevar a otra. Por eso, la congestión nasal y la obstrucción de los oídos suelen producirse al mismo tiempo cuando se tiene un resfriado, una gripe o una alergia. Por lo general, cualquier pérdida de audición es temporal, pero si los problemas persisten, es importante una visita a su profesional de la audición.

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