Santiago
Santiago, también llamado Santiago, hermano del Señor, (fallecido ad 62, Jerusalén; fiesta occidental el 3 de mayo), un apóstol cristiano, según San Pablo, aunque no uno de los Doce Apóstoles originales. Fue líder de los cristianos de Jerusalén, que con los santos Pedro y Juan el Evangelista es uno de «los pilares de la iglesia»
Se han producido confusiones sobre su identidad porque a menudo se le ha confundido con Santiago, hijo de Alfeo. Tampoco se sabe con exactitud a qué se refiere el pasaje bíblico Gálatas 1:19 al designarlo como «hermano del Señor», aunque en otras partes de los Evangelios se le menciona como uno de los cuatro hermanos de Jesús (Marcos 6:3; Mateo 13:55). Se ha planteado la hipótesis de que Santiago y Jesús eran hermanos (según Tertuliano y Clemente de Alejandría), hermanastros (según Orígenes, entre otros) o primos (según San Jerónimo).
Evidentemente, Santiago no fue seguidor de Jesús durante su ministerio público. Pablo atribuye la posterior conversión de Santiago a la aparición de Cristo resucitado (1 Corintios 15:7). Tres años después de la conversión de Pablo, Santiago era un líder importante en la iglesia de Jerusalén (Gálatas 1:18-19), donde adquirió aún más importancia después de que el rey Herodes Agripa I de Judea, hacia el año 44, decapitara al apóstol Santiago, hijo de Zebedeo, y después de que Pedro huyera de Jerusalén (Hechos 12:1-17). Fue el principal portavoz de la iglesia de Jerusalén en el Concilio de Jerusalén con respecto a la misión de Pablo a los gentiles (Hechos 15:13) y la visita final a Jerusalén (Hechos 21:18).
La tradición posterior registra que Santiago era llamado «el Justo» y se destacaba por su cumplimiento de la ley judía. Aunque se oponía a los cristianos judíos que exigían que los cristianos gentiles se sometieran a la ley judía, incluida la circuncisión, creía que los cristianos judíos debían seguir siendo leales a la práctica y la piedad judías, como él mismo hacía. Su piedad y celo por la Ley se convirtieron en la base de varias leyendas; así, las tradiciones posteriores destacan la piedad y la popularidad de Santiago entre los judíos y los cristianos judíos. Esta popularidad es evidente en la ira de los judíos cuando las autoridades sacerdotales mandaron matar a Santiago, supuestamente por apedreamiento (según Flavio Josefo, historiador de los judíos) o arrojándolo desde una torre del Templo (según el escritor cristiano primitivo San Hegesipo). La Iglesia primitiva lo designa como el primer obispo de Jerusalén, aunque el título no se utiliza en el Nuevo Testamento. La tradición de que fue el autor de la Carta de Santiago, un libro de instrucciones morales del Nuevo Testamento, no está respaldada por la erudición moderna.