Un estudio sobre 2.000 adultos desmiente una teoría común sobre los hijos únicos
Los hijos únicos tienen mala fama. A menudo se les percibe como egoístas, malcriados, ansiosos, ineptos socialmente y solitarios. Y mi profesión, la psicología, puede tener parte de culpa en estos estereotipos negativos. De hecho, Granville Stanley Hall, uno de los psicólogos más influyentes del siglo pasado y primer presidente de la Asociación Americana de Psicología, dijo que «ser hijo único es una enfermedad en sí misma»
Afortunadamente, hemos enmendado algunas cosas desde entonces. La más reciente es un estudio realizado sobre casi 2.000 adultos alemanes en el que se constata que los hijos únicos no tienen más probabilidades de ser narcisistas que los que tienen hermanos. El título del estudio es «El fin de un estereotipo»
Pero quedan muchos otros estereotipos, así que veamos lo que dice la investigación científica.
Si nos fijamos en la personalidad, no se encuentran diferencias entre las personas con y sin hermanos en rasgos como la extroversión, la madurez, la cooperatividad, la autonomía, el control personal y el liderazgo. De hecho, los hijos únicos tienden a tener una mayor motivación de logro (una medida de aspiración, esfuerzo y persistencia) y ajuste personal (capacidad de «aclimatarse» a nuevas condiciones) que las personas con hermanos.
La mayor motivación de logro de los hijos únicos puede explicar por qué tienden a completar más años de educación y alcanzar ocupaciones más prestigiosas que las personas con hermanos.
Más inteligentes, pero no por mucho tiempo
Algunos estudios han encontrado que los hijos únicos tienden a ser más inteligentes y a tener un mayor rendimiento académico que las personas con hermanos. Una revisión de 115 estudios en los que se comparaba la inteligencia de personas con y sin hermanos descubrió que los hijos únicos obtenían puntuaciones más altas en las pruebas de coeficiente intelectual y tenían mejores resultados académicos que las personas que crecían con muchos hermanos o con un hermano mayor. Los únicos grupos que superaban a los hijos únicos tanto en inteligencia como en rendimiento académico eran los primogénitos y las personas que sólo tenían un hermano menor.
Es importante señalar que la diferencia de inteligencia tiende a encontrarse en los niños en edad preescolar, pero menos en los estudiantes universitarios, lo que sugiere que la brecha disminuye con la edad.