Anatomía comparada
Por la misma época, Andreas Vesalius también estaba haciendo algunos avances por su cuenta. Un joven anatomista de ascendencia flamenca que se hizo famoso por su afición a los gráficos sorprendentes, investigaba y corregía sistemáticamente los conocimientos anatómicos del médico griego Galeno. Se dio cuenta de que muchas de las observaciones de Galeno ni siquiera se basaban en seres humanos reales. En cambio, se basaban en animales como simios, monos y bueyes. De hecho, rogaba a sus estudiantes que hicieran lo siguiente, en sustitución de los esqueletos humanos, tal y como cita Edward Tyson : «»Si por casualidad no podéis ver ninguno de estos, diseccionad un Simio, observad cuidadosamente cada Hueso, &c. …» Luego aconseja qué clase de simios elegir, por ser los más parecidos al hombre: y concluye: «Uno debe conocer la estructura de todos los huesos, ya sea en un cuerpo humano o en un simio; es mejor en ambos; y luego pasar a la anatomía de los músculos». (Edward Tyson, Orang-Outang…, 1699, p. 59.) Hasta ese momento, Galeno y sus enseñanzas habían sido la autoridad en anatomía humana. La ironía es que el propio Galeno había hecho hincapié en que uno debía hacer sus propias observaciones en lugar de utilizar las de otro, pero este consejo se perdió durante las numerosas traducciones de su obra. Cuando Vesalio empezó a descubrir estos errores, otros médicos de la época empezaron a confiar más en sus propias observaciones que en las de Galeno. Una interesante observación realizada por algunos de estos médicos fue la presencia de estructuras homólogas en una gran variedad de animales, entre los que se encontraba el ser humano. Estas observaciones fueron utilizadas más tarde por Darwin para elaborar su teoría de la Selección Natural.
Edward Tyson es considerado el fundador de la anatomía comparativa moderna. Se le atribuye la determinación de que las ballenas y los delfines son, de hecho, mamíferos. También concluyó que los chimpancés son más parecidos a los humanos que a los monos por sus brazos. Marco Aurelio Severino también comparó varios animales, incluidas las aves, en su Zootomia democritaea, una de las primeras obras de anatomía comparada. En los siglos XVIII y XIX, grandes anatomistas como George Cuvier, Richard Owen y Thomas Henry Huxley revolucionaron nuestra comprensión de la constitución básica y la sistemática de los vertebrados, sentando las bases para los trabajos de Charles Darwin sobre la evolución. Un ejemplo de anatomista comparativo del siglo XX es Victor Negus, que trabajó en la estructura y la evolución de la laringe. Hasta la llegada de técnicas genéticas como la secuenciación del ADN, la anatomía comparada junto con la embriología eran las principales herramientas para entender la filogenia, como ejemplifica el trabajo de Alfred Romer.