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Artritis de la articulación basal: Evaluación, tratamiento y expectativas postoperatorias

Revise la presentación clínica de la artritis de la articulación basal, las estrategias de tratamiento conservador, cuándo está indicada la cirugía y qué pueden esperar los pacientes después de la cirugía.

La articulación basal (carpometacarpiana) es la segunda localización más común de la artrosis en la muñeca y la mano, y es la afección artrítica más común de la extremidad superior que se trata con cirugía. La artritis de la articulación basal suele observarse en pacientes de entre 50 y 70 años, y es más frecuente en mujeres que en hombres.

Evaluación

Los pacientes suelen presentar dolor, inestabilidad o debilidad asociados a movimientos de pellizco o actividades en las que el pulgar soporta peso. La queja temprana más común consiste en la dificultad para abrir tarros o tapones de rosca de botellas. La palpación directa suele revelar sensibilidad en la articulación; dependiendo de la fase de la enfermedad, la articulación puede aparecer hinchada y/o el paciente puede tener un rango de movimiento reducido. En los estadios avanzados de la enfermedad, el pulgar puede aparecer hiperextendido en la articulación metacarpofalángica.

La «prueba de la molienda», en la que el médico agarra suavemente el pulgar del paciente y lo muele como un molinillo de pimienta, provoca dolor en los pacientes con artritis de la articulación basal. La ausencia de dolor con la extensión resistida del pulgar (prueba del autoestopista) ayuda a descartar la tenosinovitis de DeQuervain (primer compartimento dorsal), otra causa común de dolor en el lado radial del pulgar. Las mediciones de la fuerza de agarre y de pellizco también pueden ayudar a determinar la gravedad de la enfermedad. Deben solicitarse radiografías simples para el diagnóstico definitivo y la estadificación.

Opciones de tratamiento no quirúrgicas y quirúrgicas

Los pacientes sintomáticos con artritis en fase inicial suelen responder a la modificación de la conducta (por ejemplo, limitando el movimiento del pulgar), al tratamiento con medicamentos antiinflamatorios no esteroideos o a la colocación de férulas. Aunque las férulas de espiga para el pulgar disponibles en el mercado pueden ser suficientes, una férula de espiga para el pulgar fabricada a mano por un terapeuta de la mano certificado puede ser más cómoda para el paciente y aumentar la probabilidad de que lo cumpla. Cuando estos métodos no consiguen controlar los síntomas, también pueden utilizarse inyecciones intraarticulares de corticoesteroides para reducir la inflamación y aliviar el dolor.

Los pacientes que no responden a los tratamientos no quirúrgicos, y que experimentan un dolor diario importante y/o una interrupción crónica de las actividades de la vida diaria, pueden ser candidatos a la cirugía.

El tratamiento quirúrgico más común es la trapeciectomía, a menudo con interposición de tendones autólogos y reconstrucción de ligamentos. En este procedimiento ambulatorio, el cirujano extirpa el trapecio y transfiere un tendón del antebrazo al espacio trapezoidal. El tendón utilizado para la reconstrucción o suspensión del ligamento disminuye la probabilidad de colapso articular y de contacto hueso con hueso.

La artrodesis de la articulación trapeciometacarpiana suele reservarse para la mano no dominante en pacientes jóvenes para los que la reducción del dolor y la estabilidad y fuerza articular a largo plazo son más importantes que la movilidad.

Expectativas postoperatorias

En el momento de la cirugía, se colocará al paciente una férula de brazo corto. La férula se retirará en la primera visita postoperatoria y se sustituirá por una férula para el pulgar del brazo corto. De tres a cuatro semanas después de la intervención, se retira la escayola y se inicia la terapia de amplitud de movimiento activa. El fortalecimiento comienza alrededor de 6 a 8 semanas después de la cirugía. La mayoría de los pacientes vuelven a la mayoría de las actividades a los 3 meses de la intervención. La recuperación completa de las actividades normales puede requerir hasta 6 meses.

La mayoría de los estudios informan de altos índices de satisfacción de los pacientes y de un buen alivio del dolor a corto y largo plazo tras la artroplastia de la articulación basal (1,2). A través de raras, las complicaciones pueden incluir una pequeña pero permanente disminución de la fuerza del pulgar o del rango de movimiento, y dolor nervioso severo.

Consulta y más información

Para obtener más información sobre la cirugía para la artritis de la articulación basal, o para ponerse en contacto con nosotros, visite nuestra página web de UW Health sobre mano y microcirugía.

  1. Cook GS, Lalonde DH. Artículo MOC-PSSM CME: Manejo de la artritis de la articulación carpometacarpiana del pulgar. Plast Reconstr Surg. 2008 Jan;121(1 Suppl):1-9. Revisión. PubMed PMID: 18182958.
  2. Gangopadhyay S, McKenna H, Burke FD, Davis TR. Seguimiento de cinco a 18 años para el tratamiento de la osteoartritis trapeciometacarpiana: A Prospective Comparison of Excision, Tendon Interposition, and Ligament Reconstruction and Tendon Interposition. J Hand Surg Am. 2012 Feb 3. .

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