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Cómo desarrollar una voz que haga que la gente quiera escuchar

desarrollar una voz que haga que la gente escuche1

Esta clásica frase de la película Jerry Maguire nos trae a la mente algo más que una escena memorable. Se hace eco de un hallazgo al que ha llegado un reciente estudio realizado por las universidades de Glasgow y Princeton.

La investigación concluyó que, en realidad, la gente tarda menos de 500 milisegundos (el tiempo que se tarda en decir «hola») en juzgar tu carácter.

Después de reproducir grabaciones de personas diciendo «hola», se pidió a los participantes en el estudio que calificaran a las personas en una serie de rasgos de personalidad, incluyendo la dominación, la confianza, el atractivo y la calidez.

Sorprendentemente, la mayoría de los participantes llegaron a las mismas conclusiones en cuanto al carácter.

Esto sugiere que, independientemente de la exactitud de nuestras percepciones de los demás, la capacidad de juzgar rápidamente la fiabilidad y el atractivo en función del tono de voz de alguien es un rasgo de supervivencia que los seres humanos han desarrollado a lo largo del tiempo.

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Cómo te percibe la gente

Hoy en día, la imagen lo es todo. Sea precisa o no, la forma en que la gente te percibe puede afectar a tu carrera profesional, a tu vida social e incluso a tus relaciones íntimas.

Por eso, ser consciente de lo que tu tono de voz está diciendo a los demás es tan crucial para tu éxito como orador público.

Aunque hemos escuchado una y otra vez que no debemos juzgar un libro por su portada, lo cierto es que tu audiencia juzgará primero tu apariencia y el tono de la voz antes de escuchar realmente lo que tienes que decir. Una vez que hayas pasado esta primera -aunque superficial- prueba de credibilidad, empezarán a escuchar el contenido de tus palabras.

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Henry Wadsworth Longfellow dijo una vez que tu «voz es el órgano de tu alma». Esta es una afirmación cierta si se tiene en cuenta que tu voz refleja no sólo lo que crees de ti mismo, sino también la actitud que tienes hacia tu audiencia y el contenido que estás presentando.

Por ejemplo, podrías hablar con una voz fuerte y estruendosa; podrías murmurar; podrías hablar rápidamente y sin pausas; o podrías hablar con una voz seca y monótona. Cada una de ellas comunicaría algo completamente diferente a su público, independientemente del contenido de su mensaje.

Aquí detallamos las características específicas de tu voz y el mensaje que envía cada una de ellas:

  • Volumen: En general, la gente asocia los volúmenes más altos con personas más poderosas.
  • Tono: Tanto los hombres como las mujeres prefieren a los líderes masculinos y femeninos que tienen un tono de voz más bajo.Los ven como más competentes y dominantes.

  • Variedad: En un estudio sobre los oradores de TED, se descubrió que los presentadores con un mayor nivel de variedad vocal eran percibidos como más creíbles.
  • Velocidad: La gente está más en sintonía con los oradores que se mantienen en un rango de 120 a 160 palabras por minuto.
  • Respiración: si su público puede oírle jadear porque está hablando demasiado rápido y respirando superficialmente, pensarán que está nervioso y que se esfuerza demasiado por causar una buena impresión.
  • Claridad: El público presta más atención a los oradores que enuncian y hablan con claridad. Esto envía el mensaje de que eres articulado, conocedor y competente.
  • Coherencia: Si el mensaje que transmites con tu tono de voz no se corresponde con tu expresión facial y tu lenguaje corporal, es probable que tu audiencia no te encuentre creíble.

Además, hay varios hábitos de habla que pueden socavar seriamente tus posibilidades de progresar tanto en el trabajo como en otras esferas sociales:

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  • Uptalk: Aunque se conoce popularmente como charla de «chica del valle», este hábito es cada vez más común también entre los hombres jóvenes, especialmente en los clubes de chicos de Silicon Valley. Este estilo de hablar, que tiende a terminar las frases con una entonación ascendente como si fueran preguntas, sugiere una falta de confianza y madurez.
  • Frío vocal: Hablar por debajo de tu registro en una voz arrastrada resulta en este hábito de hablar poco atractivo, que es un gran rechazo para las audiencias en general. Este es un ejemplo:
  • Problemas con el tono: Una voz demasiado chillona o demasiado descarada puede resultar desagradable, hasta el punto de que el público empiece a desconectar.

Cómo hacer que los demás te escuchen

Hablar de forma que la gente quiera escucharte empieza por aprender a ajustar tu voz para que envíes el mensaje correcto a los miembros de tu audiencia.

Aquí tienes algunos consejos de expertos para desarrollar una voz de orador que mantenga la atención de la gente, ya sea en una presentación realizada ante una sala de juntas llena de ejecutivos o en un escenario ante miles de personas.

1 Utiliza tu voz de diafragma

Una de las claves para sonar con más autoridad y confianza es aprender a identificar el tipo de voz que estás utilizando y luego modificarla para que uses tu voz de diafragma en su lugar. La mayoría de las personas entran en una de las siguientes categorías de tipos de voz:

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  • Voz nasal

Todos hemos escuchado este tipo de voz alguna vez, y lo más probable es que hayamos pensado en algún momento de la conversación o presentación, «¿cuándo va a terminar esto?» Aunque la mayoría de las personas se guardan sus pensamientos para no ser groseros, este tipo de voz apaga a la gente en seguida y puede perjudicar mucho tu vida profesional y social.

  • Voz de boca

Este tipo de voz (también llamada voz de cabeza) no es totalmente repelente, pero se queda corta para causar una impresión duradera. Las personas con este tipo de voz utilizan la garganta para hablar. Debido a que crea un tono ligero, fino y chirriante, suele pasarse por alto y a menudo puede asociarse con alguien que no es apreciado y que rara vez se le escucha. Al hacer una presentación, esta persona puede compensar esto gritando, lo que puede hacer más daño que bien, especialmente a sus cuerdas vocales.

  • Voz de pecho

Como su nombre indica, esta voz sale del pecho y suele ser lo suficientemente atractiva para mantener el interés de los oyentes. El único problema, sin embargo, es que no es la mejor voz posible para hablar.

  • Voz de diafragma

La voz óptima tanto para hombres como para mujeres proviene del diafragma, que es un músculo situado en la base de los pulmones y movido por los músculos abdominales. Esta voz no sólo hace que la gente quiera escucharte, sino que también suena natural y agradable.

Sólo tienes que escuchar cómo Margaret Thatcher, conocida como la Dama de Hierro, cambió su voz a lo largo del tiempo para sonar más autoritaria y dominante:

2 Respirar correctamente

Las personas que no hablan desde el diafragma tampoco respiran desde el diafragma, por lo que para mejorar tu voz al hablar, también debes cambiar tu forma de respirar.

Los que hablan con voz de boca o de pecho suelen respirar demasiado superficialmente, lo que da lugar a un tono más antinatural y nasal.

Para cambiar esto, lo único que tienes que hacer es empezar a practicar la respiración profunda. Tu respiración debe salir del abdomen… no del pecho.

respira

Para asegurarte de que estás respirando correctamente, sólo tienes que colocar el puño debajo de la última costilla y ver si tu estómago se expande y tus hombros suben y bajan al respirar.

Practica la respiración correcta inhalando profundamente durante unos 5 segundos, hasta que sientas que el aire llena tu estómago. A continuación, exhale durante el mismo tiempo, y siga haciéndolo hasta que se convierta en parte de su hábito de habla normal.

Cuando haga esto, recuerde también echar los hombros hacia atrás y sentarse o ponerse de pie con la espalda recta para que le resulte más fácil inspirar profundamente. Esto también te hará parecer más seguro y aplomado.

Por último, asegúrate de inhalar profundamente al final de cada frase para poder terminarla sin hacer una pausa para respirar.

También puedes seguir los ejercicios de respiración que aparecen al final de esta charla TED impartida por el consultor de sonido Julian Treasure.

3 Proyecta desde tu diafragma

Cuando la respiración desde tu diafragma se convierta en algo natural, cualquier ruido que hagas debería proceder del mismo lugar. Ya sea conversando, cantando -o incluso riendo- proyecte desde su diafragma.

4 Ajuste el volumen

Hable lo suficientemente alto como para que la gente del fondo de la sala pueda oírle. Como se ha mencionado anteriormente, las personas con voces más altas suelen ser percibidas como más dominantes y autoritarias.

5 Crear énfasis

Como en todos los tipos de comunicación, el énfasis y el contraste son necesarios para transmitir un punto de forma efectiva. Mientras que en la escritura puede necesitar una sola frase corta después de una serie de frases largas para crear un efecto específico, al hablar, necesita una variación en el sonido para hacer un punto.

Por ejemplo, lea las siguientes frases en voz alta, aumentando ligeramente el volumen al pronunciar las palabras en negrita y fíjese en el significado implícito de cada una.

  • Yo no le dije que eras estúpido. (Se lo dijo otra persona, no yo)
  • Yo no le dije que eras estúpido. (Yo no se lo dije; yo no se lo dije)
  • Yo no le dije que eras estúpido. (No se lo dije; lo insinué.)
  • No le dije que eras estúpido. (No se lo dije a ella; se lo dije a otra persona)
  • No le dije que eras estúpido. (Me refería a otra persona, no a ti)
  • No le dije que eras estúpido. (Sigues siendo estúpido)
  • No le dije que eras estúpido. (Le dije que eras otra cosa.)

Este ejercicio, de la publicación The Total Communicator ilustra por qué es tan importante utilizar el poder de la voz para enviar el mensaje correcto… y no otra cosa.

sonido

Puedes modificar tu voz para variar cuatro elementos importantes del sonido:

  • Volumen

Aunque, en general, debes subir el volumen de tu voz, asegúrate de variarlo según lo que estés transmitiendo. Por ejemplo, si está mencionando una nota secundaria, bajaría ligeramente el volumen de su voz, lo que actuaría como el equivalente auditivo de una declaración parentética.

Cuando esté haciendo una argumentación, suba el volumen gradualmente a medida que se acerque al punto. Además, comunique un cambio de tema o idea cambiando su volumen.

  • Tono

Variar su tono requiere tocar notas altas y bajas con su voz. Por ejemplo, cuando haces una pregunta, debes terminar tu frase en una nota más alta; sin embargo, cuando afirmas una declaración, debes terminar en una nota nivelada o ligeramente más baja.

Si se utiliza de forma incorrecta, terminar en una nota más alta puede llevar a la gente a pensar que eres inseguro o que tienes dudas sobre tu afirmación.

  • Timbre

Este elemento del sonido se refiere a la calidad emocional de tu voz, así como a la actitud que transmites con tus palabras y cómo las dices. No sólo debes elegir las palabras adecuadas para enviar el mensaje correcto, sino que también debes decirlas de forma que expresen la actitud o emoción que quieres crear.

De este modo, tu timbre debe variar en función de la respuesta emocional que quieras provocar en tu audiencia. Según Julian Treasure (ver charla TED más arriba), los estudios demuestran que la gente en general prefiere las voces «ricas, suaves, cálidas, como el chocolate caliente».

  • Ritmo y tempo

El primero se refiere al patrón creado por los sonidos que produces con tus palabras; el segundo, al ritmo de tu voz. Varía ambos para comunicar el significado.

Por ejemplo, para transmitir una sensación de emoción o urgencia, puedes acelerar el ritmo de tu voz. Para llamar la atención sobre puntos específicos, puedes reducir la velocidad y dejar que tu audiencia procese lo que acabas de decir.

6 Utiliza las pausas de forma eficaz

Como se ha señalado aquí, es bastante raro encontrar a un presentador que utilice eficazmente las pausas durante una presentación o discurso; la mayoría de los presentadores aficionados tienen un miedo mortal al silencio.

Sin embargo, un presentador seguro de sí mismo y con experiencia sabe cómo utilizarlas de forma efectiva para llevar a cabo su objetivo. No sólo crea suspense -expectativa por lo que vendrá después-, sino que enfatiza el punto que acabas de exponer al permitir que tus palabras se hundan.

Sólo tienes que ver a continuación cómo el protagonista de Mad Men, Don Draper, domina una sala con su uso efectivo de las pausas y su variación de los elementos sonoros ya mencionados.

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