El mayor proyecto de energía eólica de África ya está abierto en Kenia
Kenia sigue dando pasos de gigante en su dedicación a las energías renovables.
La nación de África Oriental ha dado a conocer el mayor proyecto de energía eólica de África en un tramo de desierto racheado y rocoso situado a 600 kilómetros al norte de la capital, Nairobi. El parque eólico del lago Turkana consta de 365 turbinas con capacidad para dispensar 310 megavatios de energía fiable y de bajo coste a la red nacional de Kenia.
El parque eólico está situado en el Corredor Eólico de Turkana, donde los fuertes vientos que se desplazan entre el monte Kulal, al norte, y el monte Nyiru, al sur, crean unas condiciones eólicas ideales para generar energía a partir de turbinas eólicas.
La planta de Turkana fue financiada por un consorcio de empresas africanas y europeas, y se espera que Kenia compre energía a un precio fijo durante un periodo de 20 años. El proyecto pretende impulsar el suministro de electricidad de Kenia, alejando al país de la dependencia de los combustibles fósiles y cumpliendo su ambicioso objetivo de utilizar el 100% de energía verde para 2020. Las autoridades también esperan que la ampliación de la inversión en energías renovables reduzca los costes de producción y, a su vez, cree los tan necesarios puestos de trabajo.
Durante la inauguración, el presidente Uhuru Kenyatta calificó la planta eólica de «hazaña monumental» y dijo que mostraba el compromiso de Kenia de buscar fuentes de energía limpias y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Kenia genera cerca del 70% de su electricidad a partir de fuentes renovables, y el país se encuentra entre los primeros del mundo en el sector geotérmico. Proyectos renovables como la central solar de Garissa y la planta eólica de Ngong también han aumentado la capacidad eléctrica instalada en Kenia en los últimos años.
Cada vez más, empresas de energía renovable sin conexión a la red, como M-Kopa, Azuri y Mobisol, han dado un paso adelante con servicios que pueden llegar a los habitantes de zonas rurales y urbanas donde las redes tradicionales no se han extendido. Estas empresas ofrecen sobre todo energía solar de pago que los usuarios pueden comprar y gestionar a través de sus teléfonos móviles.
Desde que el proyecto Turkana se conectó a la red nacional el pasado septiembre, Kenyatta dijo que la planta inyectó más de 1.2.000 millones de kilovatios-hora de electricidad y ahorró a los contribuyentes hasta 8.000 millones de chelines (77,5 millones de dólares) por la reducción del uso de la energía térmica generada con diésel.
A pesar de estas mejoras, solo 6,7 millones de clientes kenianos estaban conectados a la red en 2018. Estos clientes siguen recibiendo facturas infladas debido a los sindicatos corruptos dentro de la empresa nacional de servicios eléctricos Kenya Power. Los proyectos de energía renovable, como el parque eólico de Turkana, también se han enfrentado a retos como la obtención de financiación y los problemas de compensación de tierras.
Los activistas también han acusado al gobierno de traicionar sus propios compromisos en materia de energía verde con los planes de establecer una planta de carbón en el idílico archipiélago de Lamu, protegido por la UNESCO. A finales de junio, un tribunal detuvo el plan de la planta de carbón y ordenó al promotor que llevara a cabo una nueva evaluación medioambiental.
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