¿Eres demasiado sensible? 8 maneras de lidiar con la sensibilidad emocional
¿Reaccionas de forma extremadamente negativa cuando alguien hace un comentario pasajero sobre ti, ya sea tu peinado, un error tonto que has cometido o tu elección de carrera?
Si la respuesta es un «sí» vacilante, no hay que preocuparse. Ser sensible es bueno, ya que forma parte de la inteligencia emocional, pero demasiado de algo bueno no es bueno. A continuación, te explicamos cómo puedes mantener tus emociones bajo control reduciendo tu hipersensibilidad un par de veces.
#1. Escribe tus sentimientos
Lo primero que debes hacer tras un episodio de sensibilidad es escribir cómo te sientes. No importa si no tienes buenas aptitudes para la escritura; con tal de que plasmes tus emociones en un papel o desahogues un largo hilo de Twitter, debería bastar. La clave es desenredar el nudo de sentimientos que se arremolinan en torno a ti para entender claramente qué te ha afectado tanto.
#2. Averigua qué es lo que te hace sensible
Ahora que lo tienes todo en blanco y negro, lee lo que has escrito y localiza el quid de la cuestión. ¿Sentiste punzadas de sensibilidad cuando alguien te señaló un error? Tal vez te hayas sentido ligeramente ofendido porque alguien haya asumido que eres un ignorante en algo. Ahora que has averiguado qué es lo que te molesta, puedes pasar a solucionarlo.
#3. No seas demasiado duro contigo mismo
Recuerda, ser sensible es algo bueno ya que significa que eres compasivo y empático con las situaciones de los demás. La tuya se pasa un poco del listón, rozando la hipersensibilidad. Esto puede afectar a tu bienestar mental, sobre todo si te tomas las cosas demasiado a pecho y le das vueltas durante mucho tiempo.
Sin embargo, antes de que empieces a machacarte diciendo lo llorón o quejica que eres, detente. Centrarse en las etiquetas negativas sólo pondrá el foco en estos rasgos, lo que puede ser problemático. En su lugar, sumérgete en pensamientos positivos.
#4. Limita el exceso de pensamientos
¿Piensas demasiado en situaciones y comentarios, obsesionándote con la más mínima acción o palabra? Incluso dejas que tus pensamientos se desborden y fantasees con cosas que ni siquiera han sucedido
Evita hacer montañas de un grano de arena, ya que te resultará difícil ser productivo y estar tranquilo. Sí, reflexionar sobre las consecuencias de tus actos es sabio, pero roerlo constantemente no te servirá de nada.
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#5. Piensa antes de reaccionar
Antes de sacar conclusiones y ponerte a la defensiva, da un paso atrás mentalmente y piensa antes de reaccionar. Cuando asumes inmediatamente algo sobre las intenciones o el comportamiento de una persona, lo estás filtrando negativamente sin ningún hecho o evidencia que apoye tu hipótesis.
Por ejemplo, tu mejor amiga no responde a tu mensaje sobre ir al cine el fin de semana. Tus emociones se desbordan y piensas que está demasiado ocupada pasando tiempo con sus nuevos amigos de la universidad, lo que hace que actúes con frialdad hacia ella y, en última instancia, que pierdas la amistad. ¡Eh! Has exagerado la situación innecesariamente.
Así que, piensa siempre antes de reaccionar.
#6. Desafíate a ti mismo y pide retroalimentación
Te pones nervioso y le enseñas tu trabajo en curso a tu profesora, esperando lo mejor. Noticia de última hora: ella no cree que sea lo suficientemente bueno. Antes, habrías dejado aflorar tu hipersensibilidad. Sin embargo, has leído este artículo y sabes que debes mantenerla bajo control.
En lugar de lamerte las heridas y no decir nada, pide comentarios y críticas constructivas. Mientras aprendas a no tomarte las cosas como algo personal y recuerdes que los comentarios son sobre tu trabajo y no sobre quién eres como persona, recibir comentarios te ayudará a desensibilizarte.
#7. No todo gira en torno a ti
¿Crees que tu profesor te odia? Probablemente sólo no les interese tu progreso, lo cual es una pena, pero no se clasifica como un odio distinto. Ser una persona sensible puede hacerte creer que el comportamiento de todo el mundo es una reacción a ti.
En realidad, la mayoría de la gente está demasiado ocupada pensando en sus propias luchas y problemas, lo que significa que francamente no están pensando en ti en absoluto. En lugar de reaccionar automáticamente a su comportamiento, piensa en lo que están sintiendo. Recuerda que no eres el protagonista de la vida de todos.
#8. Sé paciente
Se necesita tiempo para ser menos hipersensible, así que no te tomes a pecho si todavía sientes punzadas de sensibilidad de vez en cuando. Ya aprenderás a gestionar tus sentimientos a su debido tiempo. Además, piensa que este proceso de aprendizaje te ayudará mucho cuando te hagas mayor y experimentes más situaciones emocionalmente desafiantes. La paciencia es la clave cuando se trata de mejorarse a sí mismo.
¡Felicidades por haber dado el paso correcto en la gestión de tu hipersensibilidad! Pronto desarrollarás una piel gruesa (emocional) y emergerás como un adulto maduro capaz de manejar sus emociones. Por una mejor versión de ti!